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Lunes 15 de septiembre de 2025

La Era de la Barba: ¿Cuándo se Volvió Obligatorio el Vello Facial Masculino?


En una época donde abundan las barbas bien delineadas, los bigotes solitarios y la “barba de las cinco”, parece que el hombre completamente afeitado ha pasado de moda. ¿Cuándo se volvió casi obligatorio el vello facial masculino?

Lejos de ser un fenómeno nuevo, la popularidad del vello facial ha seguido ciclos históricos. De acuerdo con historiadores y expertos en tendencias, estamos viviendo lo que podría considerarse el quinto gran auge de la barba, luego de otros movimientos significativos en el siglo II, la Edad Media, el Renacimiento y finales del siglo XIX.

De símbolo de virilidad a cliché cultural

Figuras como Enrique VIII, Shakespeare, Karl Marx, Abraham Lincoln y Charles Darwin son solo algunos ejemplos históricos de hombres que portaron barbas como símbolo de virilidad, sabiduría o poder. Sin embargo, el significado de la barba ha evolucionado con el tiempo.

Durante las décadas de 1960 y 1970, las barbas se convirtieron en un acto de rebelión contra el statu quo. Asociadas con el movimiento contracultural, el vello facial simbolizaba una ruptura con el conformismo del hombre corporativo —ese que se afeitaba religiosamente cada mañana.

Más adelante, con el auge de la cultura corporativa en los años 80 y 90, las barbas fueron relegadas nuevamente al margen: territorio de académicos, artistas y abuelos, mientras que en el mundo empresarial se les veía con desconfianza, como signo de falta de profesionalismo o incluso de "algo que ocultar".

¿Un nuevo significado?

Hoy, sin embargo, el vello facial ha vuelto con fuerza, y no solo como una decisión estética. La tendencia parece estar ligada a nuevas expresiones de masculinidad, e incluso al discurso político y cultural de la llamada “manosfera”, donde la barba se convierte en un símbolo visual de la testosterona, la virilidad y la autoafirmación masculina.

Ejemplo de ello es el senador J.D. Vance, el primer candidato presidencial de un partido importante en 75 años en portar barba. Pero no es el único: otros aliados del expresidente Donald Trump, como Donald Trump Jr. y el senador Ted Cruz, también lucen vello facial, lo que sugiere una posible carga ideológica o cultural detrás de la elección.

¿Hasta cuándo durará la moda?

El regreso de la barba ha llegado incluso a instituciones conocidas por su estricta imagen: Disney permitió el vello facial a sus empleados en 2012 y los Yankees de Nueva York flexibilizaron recientemente su código de presentación.

Sin embargo, como toda tendencia, su masificación puede anunciar su declive. “El aspecto desaliñado pierde ese empuje masculino cuando parece que todos los hombres están haciendo lo mismo”, comenta el periodista Jacob Gallagher, quien predice que el vello facial podría estar acercándose a un punto de saturación estética.

En otras palabras, la barba ha dejado de ser una declaración y está camino a convertirse en un cliché más de la imagen masculina contemporánea.