Lunes 17 de agosto de 2009
La Sierra, paraíso de impunidad para narcos y gavilleros
La Sierra, paraíso de impunidad para narcos y gavilleros
Los afectados llaman la atención hacia una circunstancia muy peculiar en este tipo de asaltos: los gavilleros ya no se preocupan siquiera por cubrirse el rostro y en la mayoría de los casos se trasladan en ostentosas camionetas último modelo, algunas sin placas y otras con matrícula de otros estados o de la Unión Americana, todas seguramente robadas.
Constantemente trascienden reportes de comerciantes que son atacados por gavillas y despojados de cuanto objeto de valor porten, hasta sus mismos vehículos, durante sus viajes con mercancía a pueblos remotos de la Sierra.
Hay incluso quienes, cansados de esta situación, han decidido suspender toda actividad comercial en aquellos puntos olvidados de la mano de Dios... y de las autoridades.
Y lo peor es que la mayoría de las víctimas de estos abusos no denuncian los atracos porque, como dijo uno de ellos, que omitió identificarse por temor a sufrir alguna represalia, "como están las cosas, no sabes si ante quien vas a denunciar está de alguna manera coludido".
Así las cosas, no es de extrañar entonces que un gran porcentaje de casos pasen desapercibidos por las autoridades y por la misma sociedad, al igual que las decenas de asesinatos que no llegan a trascender por lo alejado de estas poblaciones.
Es de llamar también la atención que en la mayor parte de estos hechos los asaltantes se conformen con llevarse unos cuantos pesos, a pesar de moverse en lujosas pick ups o camionetas cerradas y armados hasta los dientes con sus cuernos de chivo o sus AR-15.
En días pasados fue asaltado en la región sur un empleado de DICONSA, una empresa federal perteneciente al sector de desarrollo social y de participación estatal mayoritaria que se encarga de abastecer de productos de primera necesidad a poblaciones alejadas de muy alta marginación.
Cuenta el afectado que realiza viajes periódicos en un camión de la empresa para llevar mercancía a poblados del sur del estado ubicados en lo que regionalmente se conoce como "el barranco", es decir, prácticamente en las partes bajas de la Sierra, ya para "descolgarse" hacia Sinaloa, tan apartados que para llegar a ellos hace 10 ó 12 horas de la ciudad de Parral.
En días pasados esta persona sufrió un atraco a manos de varios sujetos que atravesaron sus lujosas unidades último modelo a media carretera para obligarlo a detenerse y arrebatarle un teléfono celular, un reloj y unos cuantos cientos de pesos en efectivo, aunque respetaron su integridad física.
La pregunta es ¿qué ganan estos hombres al efectuar estos despojos en despoblado con los que no ganan ni siquiera para llenar el tanque de gasolina de sus camionetas?
Y la respuesta más lógica es que lo único que buscan es decirle a la población: ’Aquí estamos, y no hay Operaciones Conjuntas que valgan’.
Porque además hay que recordar que hace días fueron destinados 5 mil elementos del Ejército a esa zona que comprende el famoso "Triángulo Dorado", y efectivamente, cualquiera que viaje a la región sur, por la carretera que conduce de Parral a Guadalupe y Calvo, podrá observar los constantes rondines de convoyes de soldados por esa vía, que con todo no han sido suficientes para persuadir a los delincuentes.
Mientras tanto, continúa este juego de simulaciones, como el juego del gato y el ratón, pero donde no se sabe cuál es el papel de las autoridades y cuál el de los asaltantes, y en medio de los dos fuegos, como siempre, el que la lleva es el ciudadano común y corriente.
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