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Lunes 12 de noviembre de 2007

Los procesos que vienen en el PRD

Es invaluable la importancia en la pulcritud y organización de los comicios internos, para garanizar la vocación democrática


El fin de semana se ha realizado en la ciudad de Chihuahua la segunda edición del encuentro de los militantes del Partido de la Revolución Democrática, de cara al proceso interno de sucesión de las dirigencias en todos los niveles de nuestro partido, que se suma a los grandes retos que como partido enfrentaremos.

La agenda pone un énfasis especial en las implicaciones que tiene la organización de los procesos electorales internos, desde el padrón de militantes que será la base de la contienda, hasta las fuertes implicaciones que tiene este proceso en el contexto de que actualmente atraviesa la vida de nuestro instituto político.

En este sentido, nos parece fundamental sumar nuestra opinión a las voces críticas que se han congregado para engrandecer las decisiones que delinearán el devenir del PRD; en este sentido, queremos abordar un tema que a nuestra consideración, constituye la base de análisis y acción para el proceso que viene: las consideraciones democráticas de la contienda.

Las elecciones internas tienen como función prioritaria el engrandecimiento de la vida democrática de nuestro partido, que funciona como el laboratorio de preparación de las aportaciones partidistas a la vida política de la Nación, o en su caso, de los estados y municipios en que se esté realizando dicha contienda.

Así, el proceso de renovación de dirigencias de marzo del año próximo, debe ser el mensaje concreto que nuestro partido ofrece a la sociedad mexicana en cada uno de sus niveles. La importancia de la sana realización de dicho ejercicio es entonces medular, pues de ella depende el posicionamiento de PRD o su inevitable debacle por no ofrecer una opción verdaderamente democrática para México.

En Chihuahua esto es particularmente significativo, pues el engrandecimiento de nuestra contienda interna podría abrir un horizonte de amplia perspectiva para nuestro partido en la visión de los chihuahuenses, estableciendo un precedente que busque romper con la percepción negativa que ha propiciado los magros resultados electorales del último proceso estatal.

Entonces es invaluable la importancia en la pulcritud y la organización de los comicios internos, para que sea innegable la vocación democrática de todos los perredistas. Para ello es básico partir de una contienda interna equitativa, en igualdad de condiciones, plural, que con la discusión y la autocrítica exponga los ejes de inflexión del futuro partidista, que logre elevar un proyecto capaz de aglutinar las voluntades no por la inacción, sino por ofrecer una opción positiva, fundada en el interés legítimo del engrandecimiento del partido.

De la calidad de la competencia depende la calidad de la elección que en conjunto se tome y, por ende, la dirección que se dé a nuestro partido. Y para asegurar la calidad de la contienda es importante que tengamos a la mano los insumos que hagan viable a dicho ejercicio; la validación del padrón de militantes que seré la base de los electores; la convocatoria que dé inicio al proceso, pues es la forma de asegurar la plena participación de todos los interesados y la equidad de la contienda; y, finalmente, la organización de la jornada electoral, que debe ser ejemplo de civilidad democrática en todos los sentidos.

Con un buen comienzo se logrará un buen futuro, si nos encaminamos al devenir con la claridad que nos ha dado el análisis critico de la historia reciente de nuestro partido, entonces buscaremos las opciones que vayan con más claridad a combatir los rezagos que enfrentamos y ponga a mano de la decisión de nuestro correligionarios, opciones verdaderas para la consolidación democrática del partido.

Hagamos entonces que el alto en el camino que hemos hecho en este tiempo nos encamine ahora por la vía correcta tomando como punto de partida la elección de un nuevo proyecto para nuestro partido, las dirigencias de los comités, desde el Nacional, hasta los municipales, pasando evidentemente por los estatales, no sólo son puntos necesario en nuestro organigrama de funcionarios, por el contrario, son la imagen de nuestro proyectos de partido, y como tales deben ser elegidos, con la conciencia de las implicaciones a futuro que este proceso traerá en marzo del año entrante.

Nuestras elecciones internas son la huella que queremos ofrecer a la sociedad, pongamos entonces a la democracia a funcionar desde dentro para solucionar lo de fuera; seamos el ejemplo a seguir, pues tenemos a nuestro alcance la manera de hacerlo