Obispo analiza cerrar templos el domingo

Juárez, Chihuahua.-Aun cuando en esta ciudad no se tiene contemplado suspender las misas, por instrucciones del obispo Renato Ascencio, se evalúa la posibilidad de hacerlo, ante la alerta nacional por la influenza porcina y atendiendo las disposiciones de las autoridades eclesiásticas del país.

Informó el vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, el padre Hesiquio Trevizo Bencomo, luego de recalcar que los cambios se pueden de dar de inmediato, incluso de un momento a otro.

Todo ello, como parte de los acuerdos o los reportes nacionales, que se tomen a nivel nacional, considerando que en otras entidades y ciudades de México, se han cancelado las misas, desde el pasado fin de semana.

En esta ciudad, se lleva a cabo una reunión de trabajo con los representantes de la Diócesis, en la que se evalúa ese acuerdo nacional.

Mientras tanto, cabe recalcar que el obispo Renato Ascencio León, anunció el pasado martes, que se quita la obligatoriedad para asistir a misa, a todas las personas enfermas de gripe o que se encuentren sanas y no quieran acudir a un lugar público durante la alerta nacional por influenza porcina.

Otra de las suspensiones son el evento del seminario que se iba a realizar el domingo y los que se iban a llevar a cabo el sábado, para hacerlos hasta nuevo aviso.

Por su parte el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, Renato Ascencio León, anunció que de no suspenderse las misas como parte de una instrucción nacional de las autoridades federales y eclesiásticas, con una persona va a oficiar la misa del domingo y así todos los días.

La Diócesis de Ciudad Juárez, está cumpliendo con una alerta sanitaria, que emitió primero el gobierno federal y posteriormente el gobierno estatal y municipal.

Otro de los cambios por la emergencia de la influenza porcina, es que la Diócesis de Ciudad Juárez, envió un oficio a todas las parroquias e iglesias de la ciudad, para que durante las misas, la gente en lugar del saludo de mano, levante los brazos y emita una oración por la paz, sin tener que abrazar o dar un beso a su acompañante o personas asistentes a la misa.