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Miércoles 17 de agosto de 2011

Partidos y definiciones

Los tres partidos políticos principales, a nivel nacional, están entrando a un momento de definición de cara al 2012


Los tres partidos políticos principales, a nivel nacional, están entrando a un momento de definición de cara al 2012

Los tres partidos políticos principales, a nivel nacional, están entrando a un momento de definición de cara al 2012, con la meta común de designar a sus candidatos, están enfrentando circunstancias completamente diferentes que podríamos resumir de la siguiente manera, vemos un PRI unitario, prácticamente alineado en torno a la figura de Enrique Peña Nieto, como ya veíamos venir desde hace mucho tiempo; en el PRD, también con un panorama que ya se vislumbraba prácticamente desde hace bastante, hay dos grandes opciones: Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador. En donde no teníamos tan claro que sería lo que pasaría a estas alturas es en el PAN, que nos ha sorprendido, por decirlo de alguna manera, con un alud de aspirantes, que llegaron a ser 7 y ahora han quedado en 5.

Y la razón por la que el PAN ha sido relativamente impredecible, es porque durante todo el sexenio no ha habido una delantera clara de ninguno de los que ahora manifiestan expresamente sus intensiones, con altas y bajas en cada uno de los perfiles, lo cierto es que al final parece que de la multitud de rostros, no hay real claridad de cuál es el que finalmente será el abanderado, ninguno de esos rostros define, como lo hace Peña Nieto, Ebrad y López Obradora las fuerzas políticas que representan. Más allá de las propuestas o preferencias que se puedan tener, la ciudadanía en general tiene en este momento ante sí a un PAN que, siendo Gobierno Federal y segunda fuerza electoral, no tiene una identidad, se nos presenta más que competitivo, fragmentado y divergente, más que diverso.

Es muy complejo pensar que a una elección para la que falta tan sólo un año, ese instituto político pueda dar batalla a una aplanadora como la que ha dejado ver el PRI en las elecciones de los últimos años, e incluso tampoco vemos cómo pueda hacer frente a liderazgos tan definidos como los de la izquierda, que tienen, por supuesto sus propios retos de definición, pero en un proceso de evolución mucho más avanzado de lo que presenta el PAN. El nombramiento de un candidato, su unción, es quizá el primer gran acto de campaña, en el que se presenta a la sociedad ya como un triunfador de entre las fuerzas internas de las que proviene, y de esto tienen noticia muy clara los propios panistas, sus dos presidentes han llegado luego de procesos de campaña interna sumamente dinámicos: recordemos a Vicente Fox rompiendo con una identidad de partido y “madrugándole” a todo el partido, lo mismo que Felipe Calderón haciendo precampaña contracorriente y por sobre todo diagnóstico ganando la candidatura.

Las elecciones del Estado de México fueron prácticamente la confirmación ineludible de la candidatura de Peña Nieto; para Marcelo Ebrard, su posible nombramiento como candidato va a significar su triunfo por sobre el liderazgo de AMLO, y viceversa; pero para el PAN, para cada uno de los 5 que en este momento tratan de demostrar mayores posibilidades o fortalezas, lo cierto es que parece que no tendrán una plataforma de lanzamiento tan fuerte como la de sus opositores, no llegarán ganando tan claramente una batalla, pues tal parece que hasta ahora no han demostrado que tal batalla exista. La única imagen que hasta este momento tenemos de la contienda interna panista es una alegre foto de una comida de camaradería, en la que todos los aspirantes, incluidos los dos que ahora ya han declinado, sonríen con una homogeneidad que no nos permite hacer distinciones.

No está claro qué pasará en el PAN, pero parece que se avizora cierto desastre, y en el camino, vemos a un activo presidente Calderón haciendo declaraciones, manifestando una fuerte participación en el proceso interno de su partido, en una actitud que en cualquier otro momento se hubiera calificado de intervencionista. La definición del Presidente como jefe máximo del partido, que definió lo que fue el PRI durante décadas, parece que ahora la ha adoptado el PAN con cierta comodidad, pero sin los resultados que el PRI de hace 30 años tenía. El que cualquiera de los partidos llegue en estado de extrema debilidad al proceso presidencial demerita el equilibrio de nuestra democracia, esperaríamos de todos los partidos que fueran capaces de dar batalla y no llegar ya vencidos a la contienda. Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Gracias.

Cd. Juárez, Chihuahua a 27 de Julio de 2011
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DICHOS & HECHOS
con Edna Lorena Fuerte

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