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Miércoles 15 de septiembre de 2010

Prostituir los centenarios

A nivel local, avergüenzan las acciones de Jorge Carrera, director del ICHICULT


A nivel local, avergüenzan las acciones de Jorge Carrera, director del ICHICULT

Hace dos años fui invitado a la inauguración de una fabulosa exposición en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México titulada, “Parafernalia e Independencia” que mostró los más diversos objetos conmemorativos del centenario de le independencia así como el ambiente de fiesta que en 1910 se vivía en las calles, pulquerías, plazas, recepciones oficiales, bailes y ceremonias cívicas. Aunque hoy en día muchos historiadores califican los festejos del centenario de la independencia como uno de los más grandes despilfarros hechos por Porfirio Díaz, vemos con tristeza que cien años después, los festejos de los 200 años de la independencia de nuestro país serán magros, opacos y muy mediocres, comparados con los de hace un siglo.

Hace cien años, el entonces presidente, Porfirio Díaz, hizo que el mes de septiembre de 1910 no pasará desapercibido e inició, muy temprano en el año, una campaña para dar a conocer todos los festejos relacionados con el centenario de la gesta independentista. Fue durante esa celebración que se inauguraron grandes monumentos y edificios públicos, hoy símbolos de nuestra historia.

El famoso Ángel de la Independencia, ubicado en el Paseo de la Reforma, fue uno de los eventos mas trascendentes de la época. El célebre monumento fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910 por el entonces presidente Porfirio Díaz. Quien, a su vez, pretendía inaugurar el Palacio de Bellas Artes como parte de los festejos pero el inicio de la Revolución Mexicana lo impidió. Díaz inauguró muchos edificios y monumentos como parte de la fiesta centenaria, entre ellos el famoso hemiciclo a Juárez, ubicado en la Alameda Central del Centro Histórico de la Gran Tenoch. En fin, Díaz logró que el centenario de la independencia tuviera un gran nivel y quedara como una de las grandes celebraciones de todos los tiempos. Díaz, quería, según crónica de la época que, “el primer centenario debe denotar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública y de que no hay pueblo que no inaugure en la solemne fecha, una mejora pública de importancia”.

Cien años después vemos en nuestro estado y en nuestro país, la mediocridad de nuestros gobernantes y cabezas del sector cultural al tener un deslucido bicentenario, a pesar de que se les autorizaron millonarias cantidades los festejos a lo largo y ancho del país. Sin embargo no vemos una obra pública relevante, no vemos un solo monumento terminado para el día del “grito” y no vemos exposiciones artísticas a granel como hace cien años.

Sin embargo si vemos polémicas constantes y prostitución de los festejos por parte de gobiernos, cadenas de telefonía, televisoras, tiendas de autoservicio, pero ningún esfuerzo oficial por darle el nivel que merece nuestro bicentenario.

A los gobernadores que les tocó festejar el bicentenario se les reclama su falta de visión para aprovechar el bicentenario para hacer historia con una gran obra de beneficio colectivo; al presidente Calderón se le acusa de miseria para revindicarse y elevar el amor propio de los mexicanos, el cual él mismo carece, y a las cabezas de las instituciones culturales oficiales falta de sentido de planeación y de absoluta desgracia por preferir los intereses de grupo a una gran fiesta de unión de los mexicanos; optaron por la prostitución de los centenarios y engordar sus bolsillos…¡viva México!

ULTIMALETRA

A nivel local, avergüenzan las acciones de Jorge Carrera, director del ICHICULT, quien menosprecia e insulta a la población que acude al FICH, acomodando las reglas a su gusto, sin avisarle al público y dejando fuera a gente que pagó su boleto sin darle una explicación. Súmele además el trato déspota de funcionarios del FICH como Javier Valenzuela…¡bonito bicentenario!