Martes 16 de julio de 2024
México.- Carlos Ahumada Kurtz partió esta noche de Argentina, extraditado a México, en un vuelo comercial en el que viaja custodiado por dos agentes de la Policía Federal Ministerial de la FGR, adscritos a la Interpol.
En punto de las 20:20 horas (hora de la CDMX), el vuelo AM 29 de Aeroméxico, el el que viaja el empresario, salió del Aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, y se espera que arribe al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a las 5:10 horas de este martes, según la página de la aerolínea.
Ahumada cuenta con una suspensión provisional, otorgada desde el 3 de mayo pasado por la juez de amparo María del Carmen Sánchez Cisneros, que impide su reaprehensión al poner un pie en tierras mexicanas
"(Al arribar al AICM) lo van a llevar al hangar de la FGR, por el protocolo de la extradición, y allí lo deben poner a disposición de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México; una vez que esté allí, en cumplimiento a la suspensión de la orden de reaprehensión, la Fiscalía debe dejarlo libre de inmediato e informar tanto al Juez Segundo de Enjuiciamiento y Sanciones, así como a la juez federal que otorgó la suspensión", dijo su abogado Enrique Ostos Garza.
"En conclusión, después de esa formalidad, vamos a llamarla administrativa, Carlos debe salir libre, por su propio pie, del Aeropuerto a su casa, porque él está en total libertad (...) él no quiere dar entrevistas, no quiere armar ruido, viene en plan de paz, ni el hijo ni la esposa (van a hablar)".
Omar Morales Polo y Sergio Agustín López Serrano, agentes de la Interpol México, acompañan a Ahumada en el vuelo, según señala un oficio de Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 9 de la capital de capital argentina.
¿De qué se le acusa a Carlos Ahumada?
La Fiscalía General de la República (FGR) ha dado pocos detalles de los motivos por los que persigue a Ahumada. Supuestamente le acusaban de defraudar al fisco 1,4 millones de pesos, unos 63.000 dólares. Pero sobre esa causa judicial, el fiscal argentino Guillermo Marijuan, a cargo de la causa de extradición, explicó a EL PAÍS que la solicitud carecía de sustento porque “se lo estaba pidiendo por la no presentación de unas declaraciones juradas, y esta persona se presentó y hasta pagó una multa”.
Según el expediente judicial enviado a Argentina, Ahumada demostró que el dinero por el cual se le reclamaba no correspondían a ganancias hechas en México, sino a movimientos entre cuentas propias. Solo le quedó por justificar 2.840 pesos, que junto a los recargos y una multa sumaban unos 5.500 pesos, unos 250 dólares. Además de esa causa, el empresario mantiene pendiente otra por una denuncia realizada por la exsecretaria de Desarrollo Social Rosario Robles, quien le acusó de extorsión y fraude.
Ahumada recientemente logró en la justicia mexicana un amparo para evitar futuras detenciones. Por lo que al ser retenido en Panamá, dijo que aceptaba la extradición a México, sabiendo que eventualmente eso se caería.
Así lo informó la FGR el pasado 10 de junio: “La Procuración General de la Nación Argentina ha informado a esta Institución que en su audiencia correspondiente a este día, dicha persona [Ahumada] manifestó ante las autoridades de ese país, que se allanaba a la solicitud de extradición correspondiente al delito del fuero común de fraude en la Ciudad de México; ya que obtuvo de un juez federal, aquí, una suspensión en amparo contra la orden de aprehensión correspondiente”.
El empresario argentino formó parte a inicios de los 2000 de un pequeño círculo que rodeaba a los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que entonces gobernaba el Distrito Federal y gran parte de las delegaciones que lo componían. Dueño del Grupo Quartz, una empresa constructora, llegó a tejer una extensa red de poder entre sus negocios y decenas de funcionarios.
Por aquellos años recibió varios contratos de obra pública durante algunas administraciones del PRD en la capital, entre ellas el Gobierno de Rosario Robles. Hasta 2004, cuando se convirtió en enemigo de la izquierda mexicana al exponer unos videos en los que se le veía en su despacho pagar sobornos a operadores del partido.
El caso conocido como los videoescándalos ensució la carrera de varios colaboradores cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, que entonces ocupaba la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México. Las consecuencias de aquella jugada le llevaron a pasar un período corto en prisión. En entrevista con este periódico en 2020, Ahumada reprochó el cerco judicial y aseguró que le estaba persiguiendo “por venganza y sin ninguna prueba jurídica”.
(Información de Reforma y El País)
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