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Martes 28 de agosto de 2007

Si al debate responsable

Felipe Calderón debe cumplir con el mandato Constitucional de presentar un informe


INFORME I.- Felipe Calderón debe cumplir con el mandato Constitucional de presentar un informe sobre el estado que guarda la administración pública que él encabeza, y así lo hará el primero de septiembre.

INFORME II.- Lo que dice la carta magna es una cosa, pero que se cumpla es otro cantar, porque las tribus enfueradas del perredismo ya amenazaron con volver a armarle un escándalo al presidente de México.

INFORME III.- Desmembrados, como acostumbran a entrar y a salir de sus asambleas, los perredistas solo coincidieron en una cosa: Escenificar un zafarrancho más dentro y fuera del recinto legislativo de San Lázaro. Como válvula de escape de sus frustraciones electorales (como si eso le fuera útil a los “jodidos” que dicen abanderar), los y las corrientes del PRD dejan muy en claro para que quieren el fuero constitucional y que uso le dan a la representación popular que ostentan.

SACATONES I.- Parece que el ritual que significaba la presentación del informe del presidente le está provocando serios malestares al partido “bisagra”. Ellos fueron los creadores de que la liturgia del informe presidencial fuera el colofón del culto a la personalidad. Todo un año de yerros, abusos de autoridad, impunidad y corrupción, culminaba en una prolongadísima ceremonia donde el mandatario daba lectura durante horas y horas, como si un discurso fuera suficiente para tapar la ineficiencia, la ineficacia y las calamidades dejadas a su paso, del estado -según su imaginación- en que se encontraba la nación.

SACATONES II.- El PRI que por años embriagó (y engañó) a toda una nación, con el denominado “día del presidente”, desde el 2000 retomó ya como oposición maniobrera, lo que la verdadera oposición responsable exigió en su momento: que el presidente escuchara y diera respuesta a los cuestionamientos de los legisladores.

SACATONES III.- Hoy, sí, Hoy, el presidente Felipe Calderón en un acto verdaderamente republicano y digno de una nación democrática, le dice a los legisladores que no quiere ir a remembrar esos tiempos, sino a exponer, aun a costa de exponerse al maltrato de legisladores sin escrúpulos, el estado que gurda la administración pública y las reformas estructurales que tanto requiere el país y que han sido postergadas los últimos siete años.

SACATONES IV.- Ahora resulta que los legisladores “bisagra” se preocupan por cómo le vaya a ir al presidente y echan mano de argumentos tan infantiles como retrógradas; según ellos, en las democracias, y ponen de ejemplo lo que sucede en España, Francia e Italia, donde el jefe de gobierno debate con los opositores, alegando que en esos países prevalece el sistema parlamentario. ¿Acaso Felipe Calderón no es el jefe de gobierno en México?; ¿se les olvida a los legisladores “bisagra” que en las tres últimas legislaturas federales se abrogan atribuciones propias de los sistemas parlamentarios, aun y cuando nuestra Constitución no lo consagra? Ojo, en México no existe la reelección y por lo tanto, el presidente no puede tener ningún interés político que no sea el de poner las cartas sobre la mesa.

SACATONES V.- El fondo del asunto es que el presidente Calderón quiere debatir de cara a la nación, los temas que realmente interesan a los mexicanos y eso, para el PRI y el mismo PRD representa la pérdida de banderas mediáticas y la posibilidad de hundirse en la ambigüedad de sus propuestas, o en la ausencia de ellas.

MEXICO I.- En enero de 2003, Felipe Calderón siendo coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, presentó una iniciativa para modificar el nombre de nuestro país. Esta iniciativa estuvo durmiendo el sueño de los justos y es hasta ahora, previo al informe presidencial, que el presidente de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, por cierto del grupo parlamentario del PRI, decide discutirla para presentar el respectivo dictamen ante el pleno de los diputados.

MEXICO II.- Por supuesto que la intención del entonces legislador no es distinta desde que la presentó a ahora que ya es presidente. Claro que no faltó aquél que quiso desvirtuar la propuesta, como el gobernador de Chihuahua que se desgarró las vestiduras al criticar que existen temas más importantes para el país que cambiarle el nombre. Nadie niega que así sea, por eso Calderón Hinojosa desea debatir con los legisladores federales la Reforma del Estado. La pregunta sería: ¿nos es más importante resolver los feminicidios de Ciudad Juárez, eficientar el gasto público y despartidizar su administración pública, que maniatar a la opinión pública con una barba de candado?.