"Sicarios matan en CJ y viven en EU"

Juárez, Chihuahua.-Los jefes criminales en el estado de Chihuahua matan en Juárez y viven en Estados Unidos por ser más seguro, "esto es una provocación al orgullo mexicano", manifestó ayer el ex alcalde de Palermo, Italia, Leoluca Orlando, durante su visita a esta capital para hablar sobre la legalidad y cultura, además de su experiencia en el combate contra la mafia italiana.

Aseguró que la situación de violencia e inseguridad que se vive en la entidad se puede cambiar, pero para ello se necesita de todas las esferas sociales, ya que de lo contrario la criminalidad terminará por tomar de facto el control y el poder.

"Chihuahua sería un estado muy desarrollado sin los criminales. Los criminales regulares después se volvieron mafiosos, en criminales hereditarios, que matan en nombre de valores, pues se han convertido en un verdadero sistema de poder cultural, económico, político y religioso, con lo cual está en peligro la democracia, la legalidad, la seguridad de los ciudadanos", expresó el especialista italiano.

Al tocar el tema de la frontera chihuahuense, Orlando dijo que los criminales "matan en Ciudad Juárez y viven en El Paso, así como existen los que matan en Tijuana y viven en San Diego".

Destacó que siendo El Paso la ciudad más tranquila de los Estados Unidos, el estado actual de violencia en la frontera es una provocación al orgullo mexicano.

Asimismo, aseguró que la situación en Chihuahua y México es una condición que es posible cambiar, pero enfatizó que para ello es necesario involucrar a las demás esferas sociales.

"Contra los criminales regulares necesitan llamar a la Policía; contra la mafia la Policía no basta, se necesitan a la Iglesia, la escuela, los empresarios; si no se combate en conjunto ese sistema alternativo de poder, va a opacar al sistema oficial de poder", comentó el analista italiano.

Leoluca Orlando es reconocido internacionalmente por su destacada actuación como alcalde de la ciudad de Palermo, región de Sicilia, Italia, donde a base de un modelo de trabajo logró desterrar a la mafia italiana, visualizando a la sociedad "como una carreta con dos ruedas, una es la legalidad y la otra la cultura, por lo cual si ambas no avanzan a la misma velocidad, no se llegará a ninguna parte, sino sólo terminará dando vueltas sobre sí misma".