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Martes 7 de febrero de 2012

Un mundo raro

Como dijera Carlos Monsivais "No entiendo lo que está pasando, o ya pasó lo que estaba entendiendo"


Como dijera Carlos Monsivais "No entiendo lo que está pasando, o ya pasó lo que estaba entendiendo"

Cual canción de José Alfredo Jiménez (Q.E.P.D) "Les diré que llegué de un mundo raro..." O como dijera Carlos Monsivais "No entiendo lo que está pasando, o ya pasó lo que estaba entendiendo".

Las cosas, situaciones, valores, ideologías y aún idiosincracias, cambian de una manera tan vertiginosa, que muchos nos quedamos atrás. Boquiabiertos, desfasados, anacrónicos.

Es un mundo cambiante ¿Para bien o para mal? Usted decida "Pero no permanezca indiferente" cito a al también fallecido Periodista juarense Don Fermín Robledo.

Veamos algunos ejemplos:

 La desacralización del concepto "Madre". Hace algunos ayeres era una ofensa terrible recibir una rayada de idem (Misma que es producto de exportación, con algunas variantes regionales se usa también en Centroamérica y en España) vituperío que solo podría ser lavado con una ración de moquetes.

Hoy, no es así, y podemos ver que algunas personas se saludan de la siguiente manera ¡Quiubo hijo de tu pin... Madre, que gusto de verte! Y el aludido con una sonrisa en el rostro ¿Dónde más? Extiende su diestra con muestras de júbilo.

 La desacralización de la figura de "Presidente de la República" todavía hasta Ernesto Zedillo, los mexicanos estábamos seguros que dicha posición era para seres con características supraterrenales. El mismo Dr. Zedillo ante una pregunta o reproche (No recuerdo con exactitud) dijo: "Respete mi investidura".

Dicho halo de Dioses del Olimpo, se hizo añicos durante el sexenio de Vicente Fox ya que con sus frecuentes dislates, errores y meteduras de extremidad inferior lo ubicaron dentro del ámbito humano. Le preguntó una niña ¿Qué se siente ser Presidente de la República? A lo que Chente respondió ¡Me dan ñañaras! Ahora cualquier hijo de vecino, puede legítimamente aspirar a dicho cargo bajo la siguiente premisa ¡Si Chente, que está más limitado intelectualmente que yo, "Pudo"!

 La palabra antro, antes significaba un lupanar de mala muerte, hoy es un lugar de caché. El joven o adolecente le puede decir a sus circunspectos Padres "Me voy al antro" (Si es que les avisa) y éstos se quedan tan tranquilos.

 Hay cambios también en la Semántica, antes una puñalada significaba, asestar una herida con un puñal. hoy significa una fiesta de homosexuales. Dicho lo anterior con el máximo respeto a la comunidad gay, preferencia que últimamente parece estar de moda.

 Antes los infantes jugabamos a: El trompo, las canicas, el yoyo, el balero por mencionar algunos.

Hoy todo es: Virtual, digital e inalámbrico (Al parecer hasta los Voladores de Papantla son inalámbricos) y se pueden jugar cómodamente arellanados en el sillon de la sala ¿Será por eso que somos el segundo lugar de gordos en el mundo?

 Antes el apodo de burro era una denostación asaz.
Hoy es un adjetivo que da "Glamour", prestigio y los así llamados lo portan con orgullo (Cosas de la modernidad)

 Antes los puestos ejecutivos los ocupaban personas de más de 40 años co: Experiencia, madurez, ecuanimidad.

Hoy las personas de más de 40 años (Según la visión de las empresas) no servimos para nada y en muchas compañias tienen de Directores Generales a bebés de 20 años. Sin considerar que la juventud es más mental que cronológica.

 Antes los Políticos en busca del voto, lo pretendían casa por casa y con las consiguientes, promesas de campaña.

Hoy ya no se busca el acercamiento personal, todo se dirime en la televisión. Algunos quieren concitar el voto con el increible "Yo no voy a hacer ningún tipo de promesas" ¡Gulp!

Total ¿Le gustan así las cosas? ¿Todo son figuraciones mias? ¿Es nuestro país mejor que antes? ¿Tenemos más poder adquisitivo? ¿Tiene éste escrito olor a naftalina? Su opinión es la importante, que no, la mia.

"No he envejecido, mi juventud es de oro, ahora soy más joven que antes, porque no se nace con la juventud, se conquista."
Pita Amor

"Extraña lección; No hay regreso pero tampoco hay punto de llegada"
Octavio Paz