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Lunes 2 de mayo de 2011

A pedazos

Cuando una estructura no tiene la consistencia necesaria para resistir la carga que será sometida, termina por derrumbarse


Cuando una estructura no tiene la consistencia necesaria para resistir la carga que será sometida, termina por derrumbarse

Cuando una estructura no tiene la consistencia necesaria para resistir la carga de trabajo a la que será sometida, termina por derrumbarse; sabemos que esta es una deducción elemental que si no fuera por su valor de verdad, casi ofendería a la inteligencia por su simple obviedad.

Existen mentalidades sumamente acomplejadas que le buscan los tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro y no es porque carezcan de la capacidad de comprensión que se requiere para aceptar que cuando algo ha demostrado ser incapaz de responder a la necesidad que debe resolver, lo más simple y lo más sano es desecharlo en vez de andarle poniendo tantos parches y componendas que terminen por convertirlo en un estorboso y horrendo monstruo al estilo Frankenstein.

Basta hacer un análisis superficial del momento que vive nuestro país para darnos cuenta de que se está cayendo a pedazos, algo anda muy mal. Las tan cacaraqueadas y ensalzadas instituciones dizque fundamentales para la existencia de nuestra patria, presentan ya un desgaste que las vuelve frágiles y un recalentamiento que las vuelve inoperantes; son más los recursos que consumen que las soluciones que aportan, es por eso que la calidad de vida que detentamos equivale a la de “vida asistida” que se les da a los enfermos desahuciados ya en fase terminal.

Quizá el ejemplo más evidente que en este momento ilustra esta afirmación, es el caso de la ahora inexistente compañía de Luz y Fuerza del Centro; en ninguna forma es ni el único ni el más escandaloso caso de ineficiencia entre las instituciones de nuestro país … ¿cómo calificaría el lector a cualquiera de las que a continuación enumeramos?
IFE (ahora totalmente des-ciudadanizado), Institutos Estatales Electorales (coptados todos por las administraciones estatales en turno en cada estado correspondiente), Congreso de la Unión (convertido más que en espacio de acuerdos funcionales entre ideologías, en campo de encarnizadas batallas de fascismo fanático entre las facciones del poder enquistadas en la cámara de Diputados y la de Senadores, con el aberrante agravante de los diputados plurinominales impuestos por los partidos a una población que ni los votó ni los desea),
¿Seguimos?; ahí está el sistema “dizque” educativo plagado de vicios sindicales, de atraso académico, de improvisación administrativa y de tanta permisividad en cuanto todo esto ayude a mantenerlo incólume ante las demandas de calidad de una población a la que ya no satisface, ¿no están los servicios de salud en la misma condición, llámense IMSS, ISSSTE, Institutos de Pensiones Estatales, instituciones que ya solo tienen el nombre de ser “de asistencia pública”, porque aunque se les dedican estratosféricas cantidades de dinero para su manutención, la muy superior cantidad de esos recursos se las tragan los insaciables agujeros negros de las pensiones y las prestaciones sindicales de los que ahí laboran y que llegan a ser algo tan absurdo como si a la ayudante doméstica se le sirvieran chuletas mientras los patrones tuvieran que comer puros frijoles.

Sin duda, la joya de esta corona de espinas (ahora que está tan cerca el recuerdo de la pasión de Cristo), la espina más grande y ponzoñosa que cala en la conciencia de este crucificado pueblo, es la compleja e intrincada maraña de vicios, deshonestidades, complicidades, abusos e ilegítimas atribuciones que constituye “nuestro” Sistema de ¿Justicia?, que a todos los de “a pie” nos consta que es solo un inmundo negocio de tráfico de influencias diseñado para la explotación de los que tarde que temprano caemos en su pestilente área de influencia.

Sin embargo, este engendro de país que tenemos, esta patria que devora a sus propios hijos, este lodazal en el que ningún cisne puede evitar manchar su plumaje, este campo minado de fosas clandestinas donde escondemos la putrefacta vergüenza de nuestra incapacidad de defender la vida y la seguridad de los que por el se aventuran, este que es el país que habremos de dejar como herencia a nuestros hijos, ¡júrelo!, que no salió de la nada, por supuesto que tiene origen este que nos parece ser un …ínche país, y por supuesto que es como es porque se parece a quien lo parió y que la suya, como toda madre será la PRImera en defenderlo por la elemental razón, de que por instinto de conservación quiere perpetuar su continuidad en el fruto de sus entrañas.

¿Conoce bien usted a quien engendró este hijo degenerado? Entonces no se asombre de que más allá de toda razón, más allá de toda justicia, más allá de la conveniencia y justo reclamo de un pueblo que no quiere ser hijo de… esa misma madre, quien lo parió, lo seguirá defendiendo incondicionalmente, aunque para ello le tenga que seguir chupando la vida al resto del mundo.

Desconcertante la tolerancia hasta ahora mostrada, que de alguna manera nos convierte en cómplices de nuestra propia desgracia, ¿hasta cuando el resto de los mexicanos estaremos posponiendo el necesario acto de sobrevivencia que nos exige la razón?, el de mandar al PRI… a mortificar a su mamá y a su corrupto modelo de país por la misma vía.

Aurelio Antonio Tiscareño