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Jueves 23 de diciembre de 2010

Amenaza la barrera fronteriza al berrendo

Quedan no más de mil 500 ejemplares en Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California


Quedan no más de mil 500 ejemplares en Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California

El berrendo (Antilocapraamericana) es un animal endémico del norte de América que se encuentra en peligro de extinción en México, y las poblaciones de la frontera de nuestro país con Estados Unidos están particularmente amenazadas, de acuerdo con un diagnóstico realizado por Rurik List, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional.

“Quedan no más de mil 500 berrendos en entidades como Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California, mientras que en EU y Canadá habitan cientos de miles”, afirma.

“Aparentemente, el cerco fronterizo está limitando la recolonización de los valles al oeste de Janos y al oeste de la Sierra de San Luis. En el Gran Desierto de Altar hay 40 kilómetros de muro sólido de cuatro metros de altura, prácticamente impermeables a todos los animales que no vuelan”, dijo List.

Único sobreviviente de los antilocápridos, el berrendo es el mamífero terrestre más rápido del continente. Su papel resulta importante en cadenas biológicas de la zona, ya que es alimento-presa de coyotes, pumas y águilas, y dispersa las semillas de plantas que constituyen su alimento.

En México, los sitios prioritarios para la conservación del berrendo, particularmente en la región fronteriza, son, de este a oeste: el Valle de Janos, en el noroeste de Chihuahua, los valles al oeste de la Sierra de San Luis, en el municipio de Agua Prieta, Sonora, así como la reserva de la biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar.

Estos sitios se detectaron durante unos recorridos aéreos llevados a cabo en septiembre de 2009 por List como parte del diagnóstico de la población del berrendo en la frontera.

“En la región norte de El Pinacate no encontramos berrendos, quizá por la sequía que se padece ahí y que los lleva a recorrer grandes distancias en busca de alimentos. En Agua Prieta y Janos la situación está bastante mal. No vimos ni un berrendo del lado mexicano; pero, cruzando la frontera, a 50 metros, había más de 100 y muchísimos venados y bisontes”, comenta Rurik List.

Muro amenazante

De acuerdo con el investigador universitario, la existencia del berrendo en la región está amenazada por el muro que desde hace dos años construye Estados Unidos para detener el paso de inmigrantes y de mercancías ilegales.

En El Pinacate (donde reside la población del berrendo más importante de la frontera México-EU) hay una barrera de postes con un sólo travesaño que permite el paso de fauna.

Sin embargo, si se levanta una barrera para la gente (como se planea en el vecino país del norte), se impediría que los berrendos que están precariamente en el lado estadounidense sobrevivan.

Y justo en la zona, pero del lado mexicano, donde se da una gran movilidad de berrendos y borregos cimarrones, se construye una carretera rápida de doble carril que será una trampa mortal para esas especies.

Población diezmada

Los coyotes, cuyo número ha crecido por la extinción de los lobos, así como la caza furtiva, el sobrepastoreo, la fragmentación de los porteros con alambre de púas y la conversión de pastizales naturales en tierras agrícolas diezman también la población del berrendo.

“A todo ello se suma que los pastizales, que son sistemas abiertos, se están convirtiendo en sistemas cerrados, es decir, en densos matorrales de mezquites, choyas y otras plantas leñosas, donde el berrendo queda atrapado y se vuelve una presa fácil de los coyotes”, comenta el investigador.

Acciones muy tibias

En cuanto a los delitos de tipo ambiental, al investigador de la universidad le sorprenden las acciones de las autoridades federal y estatal.

“Han sido muy tibias para detener el flagrante delito de convertir vegetación natural ocupada por especies en riesgo de extinción, como el berrendo y el perrito llanero, en terrenos agrícolas. En 1994, cuando llegué a Janos para estudiar la zona, había 731 hectáreas de cultivos de pivote central; ahora hay más de 12 mil 845 hectáreas. Además, la Conagua ha permitido la perforación de pozos de agua en zonas de veda, donde también habita el berrendo”.

Por si fuera poco, la Procuraduría General de Protección al Ambiente (Profepa) no siempre hace el seguimiento de las denuncias de cultivos ilegales o de cacería furtiva.

“En Chihuahua, la Profepa solamente dispone de ocho inspectores. Y aunque éstos tienen el mandato de hacer cumplir la ley, no tienen fuerza para poner multas y sanciones, las cuales, por lo demás, son muy bajas si las comparamos con las de delitos no ambientales”, indica Rurik List.

Información relevante

La UNAM, a partir del diagnóstico elaborado por el investigador universitario, ha aportado información relevante que permitiría al gobierno de México negociar con el de Estados Unidos las áreas para el cruce del berrendo de la frontera y de otras especies.

Aunque se ha trabajado en la reintroducción del berrendo en Coahuila y se han tomado medidas para protegerlo y aumentar su número en el desierto de El Vizcaíno, List recomienda también combatir más su cacería furtiva, particularmente en Janos y Agua Prieta; monitorearlo periódicamente, en particular en estos sitios, para saber si su población se mantiene, sube o baja; mover los pequeños grupos aislados a zonas protegidas para que dejen descendencia y así se repueblen otros sitios, sobre todo del lado mexicano; y determinar cuáles son los puntos y tipos de cerca a ambos lados de la frontera más adecuados para facilitar el paso tanto de ésta como de otras especies.

Otras medidas pertinentes serían diseñar campañas de difusión y educación ambiental para concientizar a la gente sobre la importancia de las especies en riesgo de extinción; evaluar el impacto de la carretera de doble carril que se construye al norte de la biosfera de El Pinacate y las medidas que se pueden tomar para mitigar la mortalidad del berrendo; mejorar las prácticas ganaderas; y, en especial, aplicar puntualmente la ley ambiental para que no se cambie el uso del suelo ni se perforen pozos de agua “sin ton ni son”.

“Mientras se conserve su hábitat, se evite su mortandad y él pueda cruzar el paso entre EU y México, el berrendo tendrá futuro. Pero si no tomamos las acciones necesarias, tendremos que decirle adiós, al menos al berrendo de la frontera”, asegura el investigador.