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Lunes 3 de mayo de 2010

Candil de la calle

La propuesta que criminaliza a los inmigrantes en el estado de Arizona fue aprobada por el senado local


La propuesta que criminaliza a los inmigrantes en el estado de Arizona fue aprobada por el senado local

A toro pasado, el gobierno mexicano, entidades fronterizas, congreso federales y estatales, organismos privados y de derechos humanos condenaron enérgicamente la Ley antimigrante en Arizona.

La propuesta que criminaliza a los inmigrantes en el estado de Arizona fue aprobada por el senado local ( los estados que conforman la Unión Americana, cuentan con senado y ejercen su autonomía); dicha enmienda a la legislación local fue presentada por la gobernadora por ese estado donde por lo menos 500 mil personas son inmigrantes y el 80% de ese universo son de origen mexicano.

Independientemente de la perversidad de la propuesta, que a todas luces violenta los derechos universales del hombre y contradice la constitución y orígenes de ese nación (no en vano ha sido rechazada por la comunidad internacional), principalmente por México, la controversia escala otras dimensiones que tienen que ver con la falta de compromiso del gobierno mexicano para ofrecer alternativas de empleo a los connacionales, que sin más esperanza, se ven en la necesidad de emigrar preferentemente al vecino país del norte.

Ciertamente no es exclusivo de la administración federal actual la falta de oportunidades para emplearse en nuestro país, este problema es tan añejo como añejas son las relaciones complicadas entre México y Estados Unidos. Lo triste del asunto, esencialmente para los millones de compatriotas que residen ilegalmente al norte de nuestras fronteras, es que desde la campaña presidencial de Fox, los migrantes mexicanos radicados en aquél país, se entusiasmaron con la idea de que las cosas serían diferentes con el gobierno de transición que encabezaría el exgobernador guanajuatense.

Ya instalado en los Pinos, la borrachera del cambio provocó en tan singular inquilino comentarios que iban desde el envío de compatriotas especializados en confección de la yarda, artistas en asepsia de vajillas, cuartos de hotel y casa habitación, hasta aquella célebre frase de: " los mexicanos hacen el trabajo que los negros no quieren". El sucesor de Don Vicente amplió todavía más la ilusión de que cientos de miles de connacionales regresarían a la patria querida, al terruño amado para reencontrarse con sus familias y amigos, porque ahora sí habría trabajo para todos, no importa que la paga fuese en pesos, lo importante era que retornarían a sus orígenes y ya no tendrían que soportar las persecuciones de la migra, los abusos de los patrones, la discriminación en los centros de trabajo y lugares de esparcimiento.

Seguramente la osada propuesta de la gobernadora de Arizona será congelada o desechada por la suprema corte norteamericana, porque la presión de sus antagónicos demócratas, de los intereses económicos y del mismo presidente van a pesar indudablemente, pero eso sí, donde van a aumentar las dudas es sobre la sinceridad del gobierno norteamericano y del capitolio para sacar adelante la trajinada reforma migratoria que hace apenas mes y medio anunciaba Barak Hussein Obama.

También, es esta una buena oportunidad para evaluar el desempeño de la embajada de México en Estados Unidos y de la cancillería mexicana, la labor del senado de la república y sus comisiones fronterizas, la eficacia de las reuniones de gobernadores fronterizos y el papel que juegan las comisiones fronterizas de los congresos estatales que colindan con gabacholandía. No es posible que seamos tan enérgicos al condenar los abusos contra nuestros hermanos de sangre en otras latitudes, pero mansos al negarles vivir mejor en su propia tierra.

Por lo pronto, los más afectados son los cientos de miles de mexicanos que están siendo perseguidos por los supremacistas del sur del imperio, ellos sí que se encuentran a dos fuegos, al norte por la persecución y al sur por la inseguridad y la falta de oportunidades. Los daños colaterales habrán de sentirse en las relaciones comerciales, en la que las entidades fronterizas del sur del Bravo, salen perdiendo de todas todas.

P.D. En unas semanas más el mandatario azteca realizará una visita de Estado a su homologo del norte; ojalá, ojalá que la fuerza de sus discursos en México retumben en la Avenida Pennsylvania, en el salón oval o en el capitolio. Ya no queremos que nos den trato de huésped distinguido, sino de buen vecino, socio comercial y par legitimo.