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Miércoles 10 de diciembre de 2008

Chihuahua en riesgo de sublevación

Exige Senador estado de excepción en Chihuahua ante amenazas de levantase en armas


Exige Senador estado de excepción en Chihuahua ante amenazas de levantase en armas

La evidente debilidad del Estado y la poca credibilidad en la ley propiciarán que los sangrientos episodios derivados de la justicia por propia mano se repitan cada vez con más frecuencia en territorio mexicano, advirtió el senador por Chihuahua Ramón Galindo Noriega.

El también ex alcalde de la fronteriza Ciudad Juárez aseguró que los niveles de violencia que azotan al país han comenzado a orillar a los mexicanos a tomar las armas, pues, dijo, “la falta de acceso a la justicia potencia la búsqueda de ésta a través de formas alternativas altamente peligrosas”.

Galindo explicó que en las condiciones actuales el Estado mexicano, atraviesa por una grave erosión de efectividad, lo cual ha traído consigo un incremento descomunal de desconfianza de los ciudadanos en sus instituciones.

No obstante, el legislador albiceleste expresó que, pese a este catastrófico escenario, los funcionarios de los tres órdenes de gobierno, así como los miembros de los Poderes de la Unión “estamos obligados a redoblar los esfuerzos para revertir el deterioro del cuerpo político y evitar la ruptura del tejido social”.

Ante las recientes declaraciones de empresarios de Chihuahua sobre su intención de enfrentar con armas de fuego al crimen organizado, Galindo se pronunció a favor de establecer un estado de excepción en aquella entidad.

“La ola de sangre que azota a Chihuahua evidencia la escasa efectividad del trabajo aislado de los gobiernos. Sin embargo, la sociedad ya no tiene razones para continuar esperando que la coordinación entre órdenes de gobierno se concrete; es hora de declarar estado de excepción, siempre y cuando se lleve a cabo una estricta vigilancia del respeto a los derechos humanos de los chihuahuenses”.

Añadió que, como medida de excepción, sería viable nombrar a un funcionario que coordinara las tareas de todas las fuerzas policiacas. En este sentido, dijo, “el nombramiento de un solo mando evitaría la dispersión y el desorden de los operativos, obligándolos a coordinarse y, por lo tanto, a elevar sus niveles de eficiencia y eficacia”.

Por último, Galindo expuso que la recuperación de la confianza en las autoridades será paulatina, por lo que éstas “habrán de establecer una relación subsidiaria para atacar la crisis y crear condiciones de paz a largo plazo”.