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Chihuahua, Chihuahua



Miércoles 11 de junio de 2008

¿Continúa la tempestad?

Ante esta realidad, creo que es tiempo de ocuparnos más en el tema de la paz


Todos sabemos que el dolor es el estimulo mas poderoso para la transformación. Confío en Dios que esta dura experiencia nos deje a todos una enseñanza para nuestro bien. Lamentablemente, esta tierra se ha convertido en zona de guerra, donde cada día conocemos o presenciamos un nuevo ataque del crimen organizado.

En medio de esta crisis, sabemos que el cielo no nos ha abandonado y que es cuestión de tiempo volver a sentir tranquilidad; pero, mientras eso sucede, las calles se convierten en escenarios idóneos para violar todos los derechos humanos.

En el preámbulo de la declaración universal de los derechos humanos se cita lo siguiente: “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.

Indudablemente existe la libertad de salir a la calle, mas sin embargo, ¿Quién desea hacerlo sabiendo que en cualquier lugar y a cualquier hora, estamos expuestos a presenciar una balacera?

Ante esta realidad, creo que es tiempo de ocuparnos más en el tema de la paz, en la seguridad de nuestras familias, en el valor de la vida y por que no, en los valores humanos (honestidad, sinceridad, solidaridad, gratitud, respeto, amistad, perdón, superación, etc.).

Es tiempo también, de enfocar toda nuestra atención en cosas positivas porque esto traerá a nuestras vidas lo que estamos necesitando con urgencia “una mejor situación”.

Llego la hora de fraternizar, de ser más honestos y tratar de vivir en armonía. No hace mucho tiempo mi hijo me preguntó ¿Qué es la honestidad?

La honestidad –le dije- es una cualidad humana basada en la verdad y en la auténtica justicia. Ser honesto es ser real, acorde con la imagen que presentamos ante el mundo. La honestidad no consiste solo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es solo una. Es honesto aquel que respeta siempre las promesas que hace.

Porque honestidad, es defender la integridad de las personas que amamos aun a costa de la propia felicidad.

Ojala se nos hubiera prometido con total honestidad una mejor condición ante este conflicto y no estuviera en juego nuestro derecho a la seguridad.

Vuelvo a retomar la petición de implorar al cielo un poco de paz ya que lejos de sentir la calma, lamentablemente continúa la tempestad.

Hay que recordar que el poder de una oración es infinito y como San Ignacio de Loyola dijo: “Hay que trabajar como si todo dependiera de la acción y hay que orar como si todo dependiera de la oración”

“Ahora es cuando Chihuahua el estado grande debe demostrar la grandeza de su gente”… palabras de una muy querida amiga…. Saludos desde Chihuahua.