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Chihuahua, Chihuahua



Lunes 13 de octubre de 2008

¿De qué color es el amor?

Ese ventarrón se llevo lo mejor de aquellos días…


Que difícil es pensar con optimismo que los días de duelo pronto quedaran en el olvido… No resulta fácil predecir cuando podremos curar las heridas y encontrar un poco de tranquilidad.

Cada día al despertar, comienza un nuevo reto, una nueva oportunidad para aprender y seguir evolucionando; sabiendo eso, he quedado a la espera de lo que el destino disponga en mi vida. Durante los últimos meses, he aprendido a identificar el sonido de una bala, también, por desgracia, he tenido que aprender a desconfiar de la mirada de un extraño y se me ha hecho costumbre sentir temor cuando debo salir de casa. Poco a poco, me he acostumbrado a dejar de ver sonrisas en la gente que camina por la calle y en las últimas horas, he podido descubrir una ciudad que llora en el silencio.

¿Y que se dice en Chihuahua?... Lo ocurrido el pasado jueves 9 de octubre, es comentado en todas partes, en el supermercado, en la tienda de la esquina, entre vecinos y familiares, en la oficina y en el estacionamiento de cualquier establecimiento comercial.

De pronto, por casualidad, cruzas tu camino con alguien que conoció a una de las victimas y comparte contigo el recuerdo de una bella experiencia, lamentando profundamente, la partida del ser querido. Y es curioso, pero siempre creemos que tenemos todo el tiempo del mundo para conversar con las personas que son importantes en nuestra vida y nos olvidamos que el reloj esta en el cielo y que no somos dueños del tiempo...

Y es triste darse cuenta como hemos vivido, creyendo que los minutos nos pertenecen y que después, podremos con toda seguridad, recuperar el tiempo perdido; mañana, ¿podremos reír con nuestro mejor amigo o pasado mañana podremos charlar con nuestros hermanos?… Después de muchos días, cuando el orgullo y la soberbia hayan pasado, ¿podremos contemplar la posibilidad de pedir perdón por alguna falta cometida?…. Y ¿Realmente, tendremos el tiempo suficiente para cumplir todos nuestros propósitos?

¿Qué esta pasando? Nos despertamos de sobresalto, contamos y recontamos los lamentables sucesos, tratamos de encontrar un sitio seguro y a puerta cerrada, intentamos inventar nuevas formas de entretenimiento para poder resguardar la seguridad de nuestros hijos.

¿Existirá la posibilidad de restaurar nuestra confianza? ¿Podremos olvidar el miedo y continuar? ¿Será posible rescatar las noches de primavera donde era sencillo pasear sin sentir temor a nada? ¿Después de esto, podremos dormir tranquilos cuando el viento sople?

Una mañana, toda la casa olió a canela y a días de verano. Mis costumbres no se han modificado, continúo encendiendo velas e incienso al despertar para sentir un poco de tranquilidad y a menudo me da por escoger el aroma a canela, eso sucede siempre, cuando anhelo sentirme ilusionada.

Nunca olvidaré que un día de enero… el viento comenzó a soplar fuertemente y con gran intensidad. ¡Creí que nada volaría con esos aires!... pero me equivoque. Ese ventarrón se llevo lo mejor de aquellos días…

Así están quedando nuestras vidas, arrasadas por el fuerte viento de una violencia no esperada y no es fácil encontrar caminos para evadir esta triste realidad.

Recuerdo, que viví muchas noches de tormenta y cada mes en la misma fecha… ese viento regreso.

Y hoy, por desgracia, el viento de la inseguridad nos esta despertando cada madrugada impidiéndonos percibir el bello color del amor.

¿Y de qué color es el amor?... ¿Será rosa, azul, amarillo o blanco? Una reflexión del escritor Arnold Sparky Watts nos dice cual es su color:

“¿De qué color es Dios?, - preguntó el niño de piel clara. ¿Es blanco como yo, son sus cabellos dorados como el sol?

¿Es Dios moreno como yo? - preguntó el niño de piel con matiz bronceado.
¿Tiene el cabello oscuro y rizado, son sus ojos negros o azulados?

Pienso que Dios es piel roja como yo, se escucha decir al niño indio. Lleva una corona de plumas, y transforma en día nuestras noches umbrías.

Todos sabemos que allí está Dios, en todos los colores mencionados. Pero ten esto por seguro: el único color de nuestro Creador, es el hermoso color del amor.

Así que cuando tu alma vaya al cielo, cuando tu vida llegue a su final, Él estará esperando y hacia ti su mano extenderá.

No habrá colores en el cielo, todos seremos iguales. Sólo serás juzgado por tus actos terrenales, allí ni tu raza ni tu nombre serán importantes.

Así que cuando llegue tu hora y admires a Dios arriba en su reino, verás el único color que en realidad tiene valor, y es el hermoso color del amor.”

Después de muchas noches de insomnio, creí que ese color ya no existía… Pero, ahora, luego de tantas horas oscuras, ya puedo dormir tranquila cada vez que el viento sopla en mi ventana…. Porque he aprendido nuevas formas de amar… Hoy, mi corazón, late de distintas maneras y todas ellas…. Dan alegría y paz a mi existencia y mis mañanas, vuelven a tener un olor a canela.

Ojala pronto llegue un consuelo a todos los hogares que fueron arrasados por el vendaval de aquella trágica noche del viernes 9 de octubre. Descansen en paz todas las victimas inocentes que estuvieron en el lugar equivocado.

Dicen que los sufrimientos purifican el alma… lo cierto es que superados, fortalecen el espíritu…