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Lunes 21 de marzo de 2011

Demostrar la inocencia

Hemos terminado por confundir la imparcialidad a ojos cerrados con una ceguera permanente


Hemos terminado por confundir la imparcialidad a ojos cerrados con una ceguera permanente

La presunción de culpabilidad de la que parte nuestro sistema de justicia parece ir en contra de algunos de los principios básicos de las virtudes del derecho clásico, la idea de la justicia ciega y en equilibrio no puede desconectarse de los derechos fundamentales y las consideraciones humanitarias, no puede considerarse de manera aislada al criterio de sentido común y rectitud ética. Hemos terminado por confundir la imparcialidad a ojos cerrados con una ceguera permanente, deshumanizada e instalada en la corruptela. El documental Presunto Culpable es una de las piezas de denuncia más loables que hayamos visto en los últimos tiempos en nuestro país.

Hacer un retrato de la corrupción interna, los yerros y la malicia con la que se conduce nuestro sistema de justicia en lo básico y que se reproduce a todos los niveles, indudablemente, con la sensibilidad artística de la realización cinematográfica nos lleva a nuevas formas de batalla desde la sociedad civil, nuevos foros de discusión, no porque se esté inventando nada nuevo, sino porque se está dando un uso que impacta y tiene repercusiones; el mismo material de denuncia en el noticiero estelar no llegaría a las mismas fibras de sensibilidad y no provocaría un debate de las dimensiones que lo ha provocado este documental.

Se trata de abrir nuevos canales de discusión, que involucren a diferentes sectores de la sociedad y que vayan de la denuncia y la exposición de los hechos a la toma de acciones concretas, a la presión social para impulsar los cambios verdaderos en el sistema. Detrás de este documental está la preocupación seria de muchos sectores, políticos y no políticos, por generar un cambio en el sistema de ejecución de justicia en nuestro país; y cuando decimos “detrás”, no nos referimos a que estén involucrados de manera directa, sino que hay muchos puntos, muchas voces, que tratan de poner el asunto en la mesa del debate público.

Con la estrategia antinarco del gobierno actual, lo único que hemos visto en nuestro país en los últimos años es inversión, de recursos de todo tipo, sólo en la parte policial, o militar, estamos estancados en ese primer escalón de la escalera de la seguridad pública, sin pasar hacia la parte de la ejecución de la justicia. De todos los detenidos por el régimen Federal en esta guerra contra el narco, no tenemos noticia clara de qué es lo que está pasando con ellos en ese segundo escalón del proceso de la seguridad, quién, cómo y por qué cargos los está juzgando, cuál es su estatus jurídico, en fin, cuál es el sentido que está tomando la justicia en nuestro país.

Quienes hayan visto el documental podrán afirmar que lo que hace la cinta, en muchos sentidos, es poner en voz alta un secreto a voces, es decir, algo de lo que todos tenemos noticia, así como el protagonista, conocemos de manera directa o indirecta miles de casos similares en donde los acusados, por el concepto de presunción de culpabilidad, terminan purgando condenas absurdas por delitos muchas veces inexistentes, mientras que los verdaderos criminales entran y salen de nuestras cárceles u operan desde ellas sin la menor preocupación por los brazos de la justicia.

Luego de, irónicamente, terminar el mismo documental en tribunales con presunción de culpabilidad, finalmente gana la batalla legal y regresa a las pantallas. Hay mucho que ha ganado este documental, pondríamos en primer lugar la confianza de una sociedad que ya no está dispuesta a creer y que ahora abarrota las salas de cine; la unión de diversos sectores de la sociedad en una causa común; gana, también, la posibilidad de demostrar el valor de un grupo serio de especialistas que están abordando el tema del sistema de justicia desde la academia; pero falta que gane la batalla para la que esta herramienta fue creada: el cambio en el sistema de justicia, y aunque bien sabemos que no todo cambio es para bien, hacer un cambio abierto, que nazca de la discusión y la toma de conciencia de amplios sectores de la sociedad es abrir las posibilidades de un cambio positivo. Continuar instalados en la inmovilidad de una guerra sin salida, empantanados en un sistema policial, vestido de militar, sin trazas de justicia es lo peor que nos está pasando. Vayamos del otro lado de la línea y demostremos la culpabilidad, hay muchos culpables esperando condena.
Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Gracias.

Cd. Juárez, Chihuahua a 21 de Marzo de 2011

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DICHOS & HECHOS
con Edna Lorena Fuerte

"Donde la política la hacemos todos".

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