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Miércoles 6 de agosto de 2008

Desigualdad en el desarrollo

Desde cualquier punto de vista, el caso de Batopilas es alarmante; calificado con un IDH de .473


Hace unos días se presentó la medición municipal del Índice de Desarrollo Humano (IDH), indicador que ha sido desarrollado dentro del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuya oficina en México se encarga de analizar los distintos factores que integran el concepto de desarrollo humano y otorgan un índice a cada uno de nuestros municipios.

En los datos presentados este año se encuentra Batopilas, municipio del suroeste de nuestro estado, colindante con Sonora, en el penúltimo lugar de la lista, con un índice por debajo de clasificaciones que han obtenido zonas de la África Subsahariana, con países como la República Democrática del Congo (antes Zaire). Por debajo de este municipio chihuahuense se encuentra la comunidad de Cochoapa El Grande en el estado de Guerrero.

La gravedad de los datos habla por sí misma, sin embargo, es imprescindible que se tenga una clara comprensión de lo que este indicador implica, de dónde surge su cálculo y cuál es la fuerza proyectiva de un análisis como este. La experiencia nos dice que cualquier análisis numérico deja fuera condiciones no cuantificables que, en la mayoría de los casos, hablan de manera más contundente que las cifras, pero es sólo a través del recurso estadístico que podemos analizar la evolución comparativa, en este caso del desarrollo humano.

El IDH es un indicador que se aplica a nivel mundial y genera una escala en la que se analizan cuáles son las condiciones de vida de todos los países del orbe, considerando para ello tres variables principales: la salud, la educación y el ingreso. En el análisis nacional, de estas variables se analizan los siguientes factores: por la salud, la esperanza de vida al nacer; por la educación, el grado de matriculación escolar y el analfabetismo; y en términos del ingreso, se analiza el PIB per cápita en dólares.

A partir de estos factores, se genera el IDH de las naciones, a partir de un cálculo numérico que combina todas estas variables. En el caso de los análisis municipales, es necesario realizar una serie de ajustes a los factores que se miden de las tres variables, pues ya sea que no se cuentan con los datos detallados de éstas, como es el caso del ingreso, que no se cuenta con un PIB per cápita municipal, y debe ser sustituido por un promedio de ingreso familiar, quedando la composición del análisis de la siguiente manera: por la salud, el índice de probabilidad de sobrevivir el primer año de vida; por la educación, el grado de alfabetización y la tasa de asistencia escolar; y, por ingreso, el ingreso promedio per cápita anual en dólares.

Es fundamental destacar que, dentro de los componentes de este cálculo aritmético se añaden variables que inciden directamente en la calidad de vida de la población, como es la marginalidad, la desigualdad, la participación política y la representación. A partir de esto, el cálculo del IDH procede de una idea integral del desarrollo, compuesta por las variables fundamentales, pero basada también en la observación de los factores contingentes. Este índice, al ser aplicado a los municipios, permite no sólo el análisis comparativo con otras naciones, sino que nos lleva a la reflexión de los contrastes dentro de nuestro propio país, y dentro de cada entidad.

Desde cualquier punto de vista, el caso de Batopilas es alarmante; calificado con un IDH de .473 ofrece una de las esperanzas de desarrollo humano más bajas de todo el mundo. Si analizamos de manera particular este caso, resulta verdaderamente incomprensible cómo es que, del cálculo anterior presentado por el PNUD, en el que se encontraba por encima de 50 municipios más, ha descendido hasta le segundo puesto.

El caso del municipio con el último puesto es muy claro, tanto que su primer alcalde lo vaticinó en 2005, pues este municipio surge a partir de un conflicto político en el municipio que antes poseía el índice más bajo, Metlatónoc, Guerrero, que en 2002 se dividió dando origen a Cochoapa El Grande en el que se quedó la parte más pobre de la población en las condiciones de mayor marginalidad, lo que ofrece los elementos suficientes para comprender por qué se encuentra en el último puesto de este indicador, además de que Guerrero es una de las entidades, junto con Oaxaca y Chiapas, que cuentan con los índices de mayor marginalidad.

Pero el caso de Batopilas no resulta tan claro; nuestra entidad no es una de las calificadas con mayores índices de pobreza, ni de marginalidad, y la zona en que está asentado el municipio, siendo de tradición minera, vivió una etapa de esplendor que, al menos en los municipios vecinos, ha dejado cierta huella de desarrollo. Pero los datos son contundentes, y los que nos indican es que nuestra entidad cuenta con un alto nivel de desigualdad y polarización en la distribución del ingreso.

Las cifras encienden la luz de alarma en este sentido, pero no ofrecen el panorama total que nos explique esta situación, que además no es exclusiva de Batopilas, pues junto con Urique, Morelos y Carichi, están en la escala final de los índices de salud en el comparativo nacional, con una lejanía alarmante respecto de los índices que reportan los grandes centros urbanos de nuestro propio estado, como Ciudad Juárez o Chihuahua. Estas cifras urgen a una atención inmediata, que se cree un plan de rescate de estos municipios, y más aún, que se analice la desigualdad en nuestra entidad y se trabaje en consecuencia.

Batopilas es un municipio con una gran historia de más de tres siglos, símbolo de la tradición minera de nuestro estado, y cuna de algunos de los personajes más representativos de la historia estatal e incluso nacional, entre los que se cuentan al fundador del Partido Acción Nacional, Manuel Gómez Morín. Los chihuahuenses no podemos cerrar los ojos ante la desigualdad y marginación que se viven en este municipio, resulta indignante y vergonzoso que no se gobierne con inclusión y a favor del desarrollo de todos. ¿Qué ha pasado con Batopilas?, urge una respuesta.

Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Gracias.

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