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Miércoles 17 de octubre de 2018

El vino en Chihuahua: Gastone y María, primeros vinicultores

Bodegas Pinesque es la primera empresa vinicultora chihuahuense; El desarrollo de la cultura del vino fue un gran legado ofrecido por esta pareja de italianos


Bodegas Pinesque es la primera empresa vinicultora chihuahuense; El desarrollo de la cultura del vino fue un gran legado ofrecido por esta pareja de italianos

Es un hecho que para los chihuahuenses, la mayor parte de las historias de nuestro estado y sus habitantes, representan un tema amplio y desconocido.

Desde la llegada de los españoles, pasando por la independencia, la revolución y las épocas moderna y post moderna, hasta los tiempos actuales del nuevo mileno, una infinidad de historias se tejen con el ir y venir de quienes habitamos este extenso, productivo y hermoso territorio.

La llanura, el desierto, las zonas boscosas y la majestuosa Sierra Tarahumara, son testigos de esas historias, donde paso a paso las ciudades y poblaciones también se integran como parte del escenario común de Chihuahua.

También hasta este día, los nombres de Gastone y María, para muchos coterráneos solo representan eso, un par de nombres, pero para otros estos nombres representan mucho más; incluso son parte de la historia de Chihuahua.

Quizá esa sea la razón para que don Gilberto Pinoncely, director general de Bodegas Pinesque, la primera empresa vinicultora de Chihuahua, tenga que contener las lagrimas y detener su lectura al momento de recordarlos.

Pero: Quienes fueron?; Qué hicieron para tomar tal relevancia?

Aquí la historia:

Gastone Guglielmina fue un francés nacido el 12 de octubre de 1926 en Lyon, en el seno de una familia liderada por padres italianos.

Al paso del tiempo se convirtió en montañista y a los 18 años se nacionalizó italiano, tras crecer en la pequeña población de Romagnano Sesia, provincia de Novara, al norte de Italia, precisamente en la frontera con su natal Francia.

Se graduó como ingeniero mecánico electricista en el Tecnológico de Novara, pero a lo largo de su vida fue desarrollando una gran pasión, una pasión especial por el vino, esa bebida que forma parte de la historia de la humanidad.

Gastone se apasionó de esa bebida cuyo aroma, cuerpo, sabor, consistencia y calidad, enamora a hombres y mujeres por igual, desde Europa donde existen los más tradicionales viñedos, hasta la América del nuevo mundo donde la fabricación de vino, al paso del tiempo, ha tomando relevancia.

Desde niño hasta su juventud, Gastone fue testigo de la fabricación de vino en casa, para el consumo familiar, dicen los que saben que jamas tomaba agua o refresco, siempre gustaba de tener un excelente vino en su mesa y una buena copa para degustarlo.

En 1953 el destino le trajo a México por primera ocasión, como parte de la plantilla laboral de una compañía enfocada a la industria del papel; su estancia es corta y regresó a Italia, donde se caso con su amada María Galanti, nacida el 16 de febrero de 1923 en Milano Italia.

Pese al apego mostrado a su tierra el destino preparaba a Gastone para regresar a México, acompañado de María, situación que ocurre el 3 de octubre de 1955 cuando se instalan en Monterrey, trabajando en un nuevo proyecto de la industria del papel.
Por fin en los años 60´s llegan a Chihuahua, con Gastone prestando servicios de ingeniería para la Papelera, hecho que por sí mismo ya le hacía parte de la historia, al desarrollar un sector que hasta la fecha brinda un gran prestigio, nacional e internacional, a nuestro estado; hasta ahí todo estaba bien pero sin duda algo faltaba, el vino.

Pese a la tradición cervecera de Chihuahua, en aquellos años la ausencia del vino contrastaba en la ciudad, situación que sin duda inquietaba a esta pareja de italianos, quienes no concebían lugar en el mundo sin tener el privilegio que representa el consumo de un buen vino.

Reuniones de amigos, fiestas familiares, encuentros de fechas importantes o simples encuentros sociales, hacían patente la ausencia tradicional del vino, esa bebida a la que incluso en las Santas Escrituras se hace constante referencia.

El hecho motiva a Gastone a empezar a fabricar su propio vino, utilizando la experiencia que desde niño tuvo en el seno familiar y aplicando sus amplios conocimientos.

La lucha del primer vinicultor chihuahuense no quedo ahí, también fue motivando a otros como don Francisco Falomir, a integrar una Cofradía del Buen Vino, asegurando así que esos conocimientos trascendieran.

Nada fue fácil, asegura hoy Gilberto Pinoncely, recordando las historias de aquellos iniciadores, quienes en su primer intento, lejos de un buen vino obtuvieron "un buen vinagre", merced de no haber apoyado a Gastone y por desconocimiento no haber puesto su talento y disciplina en el proceso, dejando solo a Gastón y retardando el éxito de la primera fabricación.

Por fin para el 1970 don Gastone y doña María, llevaron vino chihuahuense del año 68 a unas bodas familiares en Italia, significando así la primera exportación de vino de estas tierra, aun y que el motivo fuera limitado a una fiesta particular.

Ese mismo año Gastone empieza a trabajar en el primer viñedo de estas tierras barbarás, exploradas por Álvar Núñez Cabeza de Vaca entre 1528 y 1536, estas tierras cuyos primeros vestigios humanos nos remiten a entre los años 1000 y 7000 antes de Cristo.

Los alrededores de la presa Chihuahua fueron el lugar donde se estableció dicho viñedo, desarrollado por un entusiasta Gastone, que dedicaba toda su energía al cultivo de las mejores uva, para fabricar el mejor vino, apoyado en el intercambio de información con estudiosos de la Universidad de Fresno en California.

Trabajando completos los fines de semana y muchas tardes, después de su jornada en Papelera, Gastone logra desarrollar cinco tintos y cinco blancos de gran cuerpo y calidad, contando con el apoyo de su compañera María, su compañera de vida, una mujer definida como alegre y con un elevado espíritu de servicio.

Más allá del primer viñedo en Chihuahua y de los primeros vinos de fabricación con uva local, Gastone y María siembran la semilla para el inició de la industria del vino, esa que hoy cuenta entre sus desarrolladores a Bodegas Pinesque, el primer productor que comercializó el producto a gran escala.

Al respecto, Gilberto Pinoncelly, cofundador de Pinesque en conjunto con su esposa María Elena Esquer, recuerda que en 1991 fueron a la casa de Gastone a una vendimia, lugar donde mostrando un gran gesto de humildad el anfitrión compartió con ellos el detalle para la fabricación del vino, sembrando la inquietud para seguir desarrollando la escuela chihuahuense.

En en anecdotario de la historia del vino se encuentra el momento en que, motivando en el tema, don Gilberto se aventura a su primera fabricación casera y fracasa, pidiendo apoyo a Gastone quien acude de inmediato, trata su proceso con ingredientes que habían faltado y recupera el producto tras el tratamiento, además contando con una gran calidad.

La historia del vino y sus iniciadores en Chihuahua, Gastone y María, da un giro en 1998, cuando el primero enferma de cáncer, situación que provoca su fallecimiento un par de años después.

Sin embargo Gastone y María ya habían dejado escuela, la semilla estaba sembrada y en 2006 Bodegas Pinesque entra en operación para la fabricación de vino chihuahuense, apoyados en esta bella historia y generando el inició de una gran tradición, además convirtiéndose en la primera empresa vinicultora en el Estado de Chihuahua.

Hoy los primeros vinicultores de Chihuahua ya no están, pero esta su legado, secundado por Humberto y Nancy, Alonso y Carmelita, además de María Elena y Gilberto, socios de Pinesque, la primera empresa vinatera en nuestro estado.