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Martes 6 de enero de 2009

Infeliz replaqueo

No me ciego ante la ineptitud y cinismo de muchos que se dicen politicos, mientras sólo son politiqueros


Dosmilocho trascendió en nuestras vidas como un año peculiar, interesante y complejo. No es preciso enumerar los acontecimientos, porque seguramente en cada una de las mesas mexicanas hubo esta discusión durante las pasadas fiestas decembrinas y, si hubo suerte, estuvo acompañada por algún alimento que llevar a la boca.

La constante de los pasados meses fue el miedo en los ciudadanos, la sorpresa diaria de los actos de la delincuencia que manifiesta seguir más y mejor organizada. A la par de la lucha diaria que realizamos por sobrevivir a la situación económica, que como me dijera un buen amigo ¿Cuál crisis? si en México ese ha sido nuestro estado natural hace décadas.

Lo favorable dentro de la tiniebla financiera mundial es, que por la adversidad, deberemos tener mayor cautela en la administración de nuestros recursos. Tan sólo en diciembre (según datos de la CONDUSEF) muchos tarjetahabientes pagaron, total o parcialmente, su deuda con los bancos.

Sin embargo, en la esfera local nos enfrentamos, desde las primeras horas de este 2009, con los estragos de la insensibilidad de nuestro gobierno estatal y de la mayoría de nuestros legisladores. Y digo nuestros, porque aunque muchos no votaron por los que salieron electos y otros, los más ni siquiera votaron, como sociedad si dimos un voto de confianza a un grupo de personas que dijeron, prometieron y se comprometieron a defender los intereses de los chihuahuenses y ahora tristemente nos demuestran lo contrario.

A pesar de que no hubo una consulta ciudadana, si hubieron muchas voces manifestando que no debían cobrarnos un cambio de placas para los vehículos de nuestras familias, que la inseguridad sin duda nos mueve a tomar medidas de actualización en la información, que no implican sangrar nuestros bolsillos, pero nuestras razones fueron silencio para los oídos de las autoridades.

¿Por qué no se manifiestan contra el predial y otros impuestos? (dijo un diputado local cuyo nombre es irrelevante) pues porque el pago por una placa no constituye un impuesto como los que él cita, es un derecho cuyo monto desde hace años está a consideración de los congresos y gobiernos locales y, si los nuestros hubieran tenido voluntad política y sensibilidad (o mejor dicho: sentido común) hubieran pugnado por invitarnos a pagar el costo de las placas que no asciende a las cantidades que nos soltaron. Máxime en la situación económica general que enfrentamos: pocos ingresos, alto y creciente índice de desempleo, aumento al costo de la vida y socios comerciales en penumbras.

Con este tipo de comentarios tan desatinados, obtenemos otra muestra de que hay que escoger mejor a los hombres y mujeres que llegan a las curules. Y en lo sucesivo cuestionar, hacer crítica de sus "propuestas", porque sin duda hay políticos valiosos, muchos, pero hay algunos, de todos los colores partidistas, que demeritan a la sociedad queriendonos tratar como infantes.

Ojalá y con el transcurso de los días podamos sorprendernos con el digno proceder de las corporaciones policíacas, que realmente sirva el cambio de placas para que apliquen la ley de con apego a la justicia a todos los grupos "pafos", que detengan a los "autos fantasma", a esos que traen vehículos y camionetas de recientísimo modelo y pasan a alta velocidad, dejándonos un nudo en la garganta, mientras la patrulla del carril de al lado observa a la virgen que le platica. Que los altos mandos tengan las agallas de limpiar a las manzanas podridas que estiran la mano y esconden la dignidad.

Sugiero estar atentos en 2009, ya que enfrentaremos en lo próximo un proceso electoral para escoger diputados federales. Quizá es por ello que nuestro gobernador nos instó a engrosar más el presupuesto público, para que podamos en unos meses ver nuestras calles saturadas de basura política absurda y contaminante. Han de suponer que no nos gusta el panorama y por eso nos lo tapan con cartelones, porque es de notar que en la actualidad existen muchas alternativas para la propaganda política con un menor costo ambiental y económico.

Pero bueno, nos llaman a que vayamos este enero a pagar nuestras plaquitas (digo por lo del descuento) para que luego, en plenas campañas encendamos la radio o la tv y podamos escuchar las promesas de quienes no nos han cumplido. Y lo digo por la mayoría de los legisladores que hace semanas en una sesión levantaron la mano para votar en contra de lo que seguramente nos ofrecieron al tocar nuestra puerta y pedir nuestro voto. Espero no tengan el descaro de situarnos en la penosa situación de recordarles este tema.

Que casualidad que los seis diputados que si se opusieron a esta infamia, también tuvieron el respaldo ciudadano en las urnas y a ellos no les tembló la mano cuando la mantuvieron acorde con lo que nosotros, el pueblo, hubiera hecho si nos tocara estar en la curul.

Este reclamo no es ni pretende ser catastrófico. Sincera y personalmente creo en la política como "el arte de vivir en sociedad", confío en que los partidos políticos son el camino adecuado para llegar al gobierno, pero no me ciego ante la ineptitud y cinismo de muchos que se dicen politicos, mientras sólo son politiqueros, ya que les resulta más sencillo y rentable "pasar la bolita" a otros, como se dice coloquialmente. "Que es culpa de la federación, que ellos solo actuaron en consecuencia, que es culpa de los azules, que si los rojos o los morados"... sólo cambian las formas, pero la excusa es la misma.

Que diferente sería esta historia si existieran igualmente excusas para actuar indebidamente: "No puedo darle mordida, lo siento, pero me pasé en rojo... o no traigo la documentación requerida", "No puedo votar esta propuesta compañero de bancada, porque afecta los intereses de mis representados", que lindo cuadro sin duda.

Recordemos este tema muy bien, primeramente manteniendo viva la lista de quienes defraudaron nuestra confianza y también apoyando fuertemente a los representantes populares que si valen la pena, quienes a pesar de la corriente, se mantienen firmes con lo que la ciudadanía necesita.

En segundo punto, es preciso refrescar nuestra conciencia y saber que sólo podemos contribuir a eliminar estas prácticas antidemocráticas, siendo ciudadanos activos, honestos, demócratas, sembrando valores e interés por lo público en nuestros hogares, en nuestra trinchera. Sigamos la pista de las decisiones que toman los pocos que nos dirigen en nuestro nombre, con el respaldo que les otorgamos. Si hubiera suficiente ciudadanía, no habría este espectáculo dantesco que algunos han hecho con la política, con nuestro México.

P.D. Feliz dosmilnueve. Que Dios bendiga cada una de sus familias, que nos de fuerza y sabiduría para construir la paz en nuestros corazones. Que nuestra armonía personal y familiar sea tan fuerte para que alcance a sanar las heridas que manitenen a nuestro Chihuahua débil y aterrorizado.