Inolvidables Alboradas

Las cartas, son mensajes del alma…. Improvisados e inspirados siempre por el corazón. Y en muchas de esas notas, existen grandes momentos para recordar.

¿Se han puesto a pensar cuantas cosas dejamos de recordar con el correr de los años? Dicen que el cerebro reduce su actividad… ¡después de los cuarenta!; a esa edad, resulta sencillo empezar a olvidar. Hoy, por casualidad, encontré una nota, podría haber sido una carta pero lo único cierto es que al leerla, recordé maravillosos momentos de mi pasado, y no es que estén olvidados, siempre existen episodios en nuestra vida, que quedan marcados para siempre, imborrables, insuperables, realmente…. ¡inolvidables!

Este singular hallazgo, me hizo pensar en las tantas cosas que por desgracia, “si llegamos a olvidar” y que solo escritas pueden ser rescatadas de una pasajera o definitiva amnesia. Un simple ejemplo de esto puede ser la “inolvidable” lista de propósitos para año nuevo, siempre es escrita en enero y para estas fechas, una gran parte de esos proyectos, no fueron concluidos y ya se encuentran totalmente en el olvido.

Se acercan nuevamente los días de hacer inventario y formular otra lista, pero, seria genial colocarla en un lugar estratégico donde pudiéramos verla a diario y así no olvidar nuestras intenciones durante todo el año.

Quedan pocos amaneceres por disfrutar antes de finalizar este ciclo, y no por eso, las horas que nos restan son menos importantes para retomar algún viejo proyecto, todavía existen grandes cosas por hacer antes de saludar a un nuevo año. En noviembre, sigue siendo valido sonreír, reconciliarse con la vida, refrescar nuestras ideas y aceptar nuevos desafíos.

Noviembre y Diciembre, son los meses preferidos de mi corazón. Este mes, es ideal para la remembranza, y podría ser genial para vivir nuevas emociones... Cualquier día es propicio para relajarse y disfrutar después de una larga y extenuante jornada laboral, pero ningún otro espacio en el tiempo es mejor para reflexionar sobre nuestros aciertos y errores que las noches de noviembre…

Seria excelente iniciar diciembre con el alma renovada…. Dejar atrás los rencores y todo aquello que no represente un buen recuerdo en el mañana que todos soñamos alcanzar.

Te escribí una carta… Así decía la nota que encontré. Y en un segundo, vinieron a mi mente, aquellas tardes de inocencia en las que era sencillo toparse con buenas noticias en cualquier lugar.

Hoy, resulta casi imposible encontrar buenos momentos, vivimos sujetos por esta realidad que deriva horas verdaderamente estresantes.

Algunos terapeutas dicen que para liberar el estrés, no hay nada mejor que levantarse temprano y pasar un tiempo de quietud…. ¡disfrutando el amanecer!

Las primeras horas de luz, manifiestan siempre un espectáculo ¡majestuoso!

¡Noche mágica!, la que pudimos disfrutar el pasado fin de semana, admirando aquellos globos que podían semejar grandes faros iluminando un rinconcito de Chihuahua, que igual se convirtió en…. ¡un despertar maravilloso! Al verlos elevarse por el cielo de nuestra ciudad.

No se cual prefiero, si una noche mágica o un despertar maravilloso, ambos sucesos poseen un encanto especial.

Así deberían ser nuestros días, llenos de mágicas noches y bellas e inolvidables alboradas.