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Lunes 13 de junio de 2011

Josefina, una carta fuerte

La visita de Josefina Vázquez Mota, coordinadora del GPPAN en San Lázaro, dejó un buen sabor de boca


La visita de Josefina Vázquez Mota, coordinadora del GPPAN en San Lázaro, dejó un buen sabor de boca

La visita de Josefina Vázquez Mota, coordinadora del GPPAN en San Lázaro, dejó un buen sabor de boca entre la militancia y simpatizantes que acudieron a escucharla el pasado fin de semana.

La diputada federal ha expresado su interés por contender en la elección interna de Acción Nacional por la candidatura a la presidencia de México. Sería la primera ocasión, si es que lo consigue, que el PAN o cualquier otro partido con posibilidades de ganar, postule a una mujer a la primera magistratura del país.

El desafío resulta descomunal, pues tiene que vencer, no tan sólo a otros aspirantes masculinos dentro del propio partido, sino a toda una cultura machista y misógina que permea a lo largo y ancho del territorio nacional.

Josefina encarna a la generación de mexicanas y mexicanos preparados que vienen empujando por una Nación competitiva acorde a los tiempos modernos. Desde su perspectiva de Mujer, similar a la de naciones como Brasil, Argentina y Alemania, donde sí se han superado tabúes de género, la legisladora cuenta con un palmarés que envidiaría por lo menos el guapito de Atlacomulco, el iracundo de Macuspana y el muñeco solterón del D. F.

Es escritora, política, empresaria, exsecretaria de Educación y de Sedesol, por mencionar una parte pública de su trayectoria. Vázquez Mota ha desarrollado cualidades propias a partir de las oportunidades que se ha ganado en su paso por la administración pública federal, particularmente en temas tan sentidos y demandantes como son la Educación y el Desarrollo Social, aunque la actividad parlamentaria tampoco le es ajena.

Con esa agudeza que la caracteriza para decir las cosas y la manera tan sutil y graciosa para batear o vacunarse contra las preguntas y momento incómodos, Josefina envolvió a los presentes con 40 minutos de anécdotas, vivencias y experiencias, pero también de ánimo y esperanza.

Entrelíneas supo sacudirse a figuras y personajes que acudieron a su evento, no a escucharla, sino a placearse y aprovechar las circunstancias para promover aspiraciones inmediatas. A ellos, Jose, les dijo: tenemos que ser generosos e impulsar otros rostros frescos, porque el partido necesita gente que pueda ganar en las urnas y no sólo en las internas. Más claro ni el agua, no podemos darnos el lujo de poner en las papeletas a los campeones de las derrotas.

Y fue más lejos, “debemos dejar atrás los pleitos y los reclamos que nos dividen”, “no podemos seguir con esas actitudes negativas de siempre”. Recriminó además a aquellos que usan el micrófono sólo para reclamar agravios, pero no para proponer y sumarse a las tareas que el partido requiere. Josefina hablaba con voz firme y elocuente; y, de manera jocosa, restregaba al panismo sus males y padecimientos que lo tienen postrado.

Definitivamente falta mucho para que la historia de la primera mujer candidata del PAN y la primera presidente de México se escriba, más depende del panismo y los mexicanos, que la tinta corra en el futuro mediato.

P.D. Que no se vea en las aspiraciones de Josefina la canasta que anide las vanidades o luchas de género. Es una oportunidad histórica a valorar, sí, porque en mi opinión las mujeres están probadas en la honestidad y el trabajo, pero con la claridad de gobernar sin dogmas o prejuicios.