21.46°C

Cielo Claro

Chihuahua, Chihuahua



Martes 30 de octubre de 2007

La rebelión de Tomochi

Los tomochitecos encabezados por Cruz Chávez, repelieron los primeros ataques federales enviados por Porfirio Díaz.


Los tomochitecos encabezados por Cruz Chávez, repelieron los primeros ataques federales enviados por Porfirio Díaz.

Antecedente histórico de la Revolución Mexicana para algunos estudiosos e historiadores, la rebelión de Tomóchic es recordada como un hecho que resalta la valentía del chihuahuense.

Al pie del monumento erigido en memoria de los caídos en Tomóchic, fueron colocadas varias ofrendas florales durante la celebración de aniversario, el domíngo 28 de octubre y se hizo la reseña de los hechos ocurridos a fines de octubre de 1892.

La historia nos señala que en este lugar ocurrió una de las peores masacres en contra de un pueblo pacífico de la sierra de Chihuahua.

Encabezados los tomochitecos por su dirigente Cruz Chávez, habían logrado repeler por la fuerza los primeros ataques de los soldados federales enviados por el dictador Porfirio Díaz.

Sin embargo llegaron refuerzos al sitio hasta que los efectivos sumaron casi mil 500 soldados, apoyados con varios cañones.

El origen del conflicto inició meses atrás, aunque sus raíces eran más profundas, relacionadas con el descontento social que ya se empezaba a percibir en todo el país, como preludio del movimiento armado de 1910.

De igual forma hubo un fondo de tipo religioso, pues los habitantes de Tomóchic habían enfocado sus creencias hacia personas, como la llamada Santa de Cabora, Teresa Urrea, haciendo a un lado los objetos e imágenes religiosas, lo que generó la reacción y rechazo de la jerarquía católica en ese tiempo.

Finalmente lo que era en principio una discusión de tipo religioso, se tornó con facilidad en diferencias políticas con las consecuencias ya señaladas.

Acosado Cruz Chávez por las fuerzas federales y el intenso fuego en contra de los defensores, libraron el día 29 de octubre de 1892 la última batalla.

Ese día solo quedaba como defensa del pueblo la casa del combatiente habilitada como cuartel.

Ahí estaba Cruz Chávez con algunos combatientes, mujeres y niños a donde fue enviado un emisario para pedirles que se rindieran.

Cruz respondió ¡primero muertos! y ante la negativa se ordenó entonces la batida final. Los soldados empezaron a tirotear la casa hasta lograr entrar por el techo y disparar a mansalva sobre los rebeldes.

Finalmente cesó el fuego ante la creencia de que habían muerto todos, pero adentro quedaban siete hombres y una mujer, entre ellos el propio Cruz.

Salieron heridos y sangrantes, casi arrastrándose. Se les concentro en el portal de la única casa que quedaba en pie. Cruz pidió un cigarro que le fue concedido y le entregó al capitán Castro un morralito que siempre traía consigo, el cual contenía las cartas que Teresa Urrea le había enviado en los últimos años.

Cruz todavía fumaba cuando una descarga de metralla acabó por fin con su vida.
La historia nos dice sobre el costo de esta masacre que para matar a poco mas de cien hombres, el ejército federal tuvo que sacrificar a casi seiscientos soldados, gastó 60 mil cartuchos, 100 granadas y 20 botes de metralla. Todos los hombres de Tomóchic murieron y solo sobrevivieron 43 mujeres y 71 niños.