Para que México crezca, promueve la CNC la lectura

Por primera vez en la historia de la Confederación Nacional Campesina se realizó el evento cultural “La Semana de la Lectura y el Libro”, con una muestra de más de 10 mil ejemplares que 30 empresas editoriales ponen a la disposición de amantes de la lectura a precios accesibles de múltiples temas para adultos, jóvenes y niños.

Con la representación del senador Manuel Cota Jiménez, presidente de la CNC, el secretario general, Rubén Escajeda Jiménez, inauguró el evento. Lo acompañaron el coordinador de los diputados cenecistas en la Cámara de Diputados, Francisco Javier Santillán, dirigentes del Comité Directivo de la CNC, escritores y “cuentacuentos”.

“La Confederación Nacional Campesina tiene un auténtico interés de promover la cultura, y más aún que la semana de la lectura coincida con el 99 aniversario del maestro Juan Rulfo, escritor de origen rural y de cuentos que tiene que ver con el campo, la CNC siempre estará comprometida con la promoción de la lectura y será un espacio donde se puedan existan los libros”.

Como invitado especial asistió el maestro y escritor Felipe Garrido, director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, quien felicitó al senador Manuel Cota y a los dirigentes cenecistas, por abrir las instalaciones de la CNC a una actividad que pareciera que no guarda relación con las labores productivas del campo, pero que es de gran trascendencia que escritores y lectores de origen rural, se incorporen a la escritura y lectura de temas relacionados con el campo, en la misma forma en que lo hicieron Juan Rulfo, Juan José Arreola, Mariano Azuela, Andrés Henestrosa y Alí Chumacero, entre otros.

“Por supuesto que los temas rurales sí están relacionados con la literatura, porque tenemos la necesidad de incorporar más lectores capaces de escribir. De eso depende que México alcance a detonar los procesos de desarrollo que necesita para crecer, para convertirse en una tierra más justa, más próspera, pacífica y disfrutable”, dijo el maestro Garrido, originario de Jalisco.

Se refirió a la importancia de obras de escritores de tiempos pasados que tuvieron gran éxito, tanto por el contenido social, económico, político y cultural, como por su tiraje.
La primera obra literaria que llegó al tiraje de un millón de ejemplares, fue “Los de Abajo”, de Mariano Azuela (también jalisciense) y los dos libros siguientes con ese tiraje, fueron “El Llano en Llamas” y “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, editados en 1953 y 1955, respectivamente.

Dio lectura a algunos cuentos que forman parte, por ejemplo, de la obra de Rulfo “El Llano en Llamas”, y de “Pedro Páramo”. Mereció atención especial el cuento “Nos han dado la Tierra”, porque se refiere al tema del reparto agrario, que a todos los ejidatarios benefició, pero a algunos más que a otros, no en cuanto a la extensión de las parcelas, sino a la calidad de los recursos naturales de las mismas; unas eran de temporal, las más, y muy pocas de riego.

También dio lectura a pasajes de “Talpa”, otro cuento de Rulfo, al que el maestro Garrido calificó como el mejor de los plasmados en “El Llano en Llamas”.

En realidad Juan Rulfo marcó un estilo y una temática que, para escritores de su tiempo y posteriores, fue motivo de imitación en la parte más fácil de hacerlo, como es la gran tierra dedicada a la agricultura. Uno de ellos fue Vicente Leñero. Cuenta después este escritor –también jalisciense—que en la euforia del doble premio (primero y segundo lugar de un concurso organizado en 1958 en la UNAM, por el Frente de Estudiantes Universitarios de México).

El primero, escrito en un tipo distinto de máquina para que no se le acusara de ser el autor de los dos cuentos, se llamó “La polvareda”. Es un cuento de ambiente rural, que copiaba al admirado Rulfo –esto lo dice Leñero—“los aprendices de escritores de mi generación, adorábamos a Rulfo y lo copiábamos”.

Esta semana la exhibición de libros, todos a la venta, estará abierta al público de las 12:00 a las 18:00 horas. Tendrán participación especial los escritores Norma Muñoz Ledo, Toño Malpica y Agustín Monsreal.
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