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Miércoles 19 de mayo de 2010

Presagia tiempos difíciles

Recuperemos al partido aunque perdamos el gobierno. Cuando menos


Recuperemos al partido aunque perdamos el gobierno. Cuando menos

Por: Manuel Narváez Narváez
manuelnarvaezpan@gmail.com

Bastión por más de 19 años y una de las ciudades emblemáticas del panismo de lucha, de la vieja guardia, de la tradición democrática. Mérida representaba un oasis enmedio del viejo régimen; hoy, la capital yucateca regresa a ser gobernada por el PRI.

Considerada por muchos como la ciudad más próspera del sur de México y equiparada con Monterrey por su desarrollo social, económico y político; la blanca Mérida ha sido la perla de la corona de la península para el PRI y el PAN por muchos años, de hecho, los cuatro últimos gobernadores, tres de ellos del tricolor y uno albiazul, se sentían mancos o cojos sin tener de aliada o aliado al alcalde en turno. Víctor Cervera Pacheco, Dulce María Sauri Riancho y ahora Ivonne Ortega (todos del PRI), así como Patricio Patrón Labiada, del PAN, tenían poca o nula afinidad con quien gobernaba la capital.

Víctor Cervera Pacheco quien fuera gobernador de Yucatán en dos ocasiones (en total gobernó diez años) apreciaba tanto el poder encantador de la capital de su estado, que se postuló como candidato a alcalde en 2004, 6 meses antes de morir. El que fuera uno de los políticos más temibles del PRI en la década de los 80s y 90s, sucumbió ante Ana Rosa Payán que contendía bajo las siglas del PAN, era la segunda ocasión que la exsenadora y exdiputada federal gobernaría Mérida.

Esta tierra cuya población asciende a 900 mil habitantes, la gran mayoría de ascendencia maya, ha sido escenario de lo que las mujeres son capaces: El estado ha sido gobernado por dos mujeres en los últimos 15 años y la capital ha sido administrada por tres damas en los últimos 12 años.

En el año 2001, encaramado en los vientos de cambio que soplaban en todo el país y auspiciado por los grandes capitales del entonces socio mayoritario de Banamex, Roberto Hernández, Francisco Patrón Labiada solicitaba licencia al senado de la República para contender por el PAN al gobierno de Yucatán. Ni Cervera Pacheco respingó por la victoria clara y contundente del hermano de su yerno (hija del exgobernador casada con hermano del nuevo gobernador). Al transcurrir la segunda mitad del sexenio del panista, éste se enemistó con la alcaldesa Ana Rosa Payán, que buscaba sucederlo en la silla de gobierno, y con casi todos los diputados federales del PAN por ese estado; por si fuera poco, Patrón compró una bronca que sería la cereza de su mala reputación de intolerancia, abogó por la liberación de un feminicida que años atrás había asesinado a su cónyuge y cuya familia es de las de mayor abolengo e influencia social y económica de la región.

Al llegarse la sucesión gubernamental en 2007, Patricio Patrón se empecinó en imponer como candidato al gobierno a Xavier Abreu, lo cual logró no sin antes pagar el precio de pelearse con Ana Rosa y medio partido: perder el gobierno del estado en manos de Ivonne Ortega, una chaparrita regordeta pero simpática, postulada por el PRI. La capital Mérida apenas la ganaron los panistas por 1500 votos; el daño estaba hecho, la aguerrida Payán abandonó las filas del panismo después de casi 25 años de militancia.

El pasado domingo 16 mayo, la emblemática ciudad fue nuevamente centro de disputa, Acción Nacional era abanderado por la exsenadora y exsecretaria de Sedesol Beatriz Zavala Peniche y por el PRI Angélica Araujo Lara; no tuvo que pasar mucho tiempo para conocerse los resultados finales, el PRI regresa a gobernar Mérida después de estar en manos del PAN por 19 años. Las cifras finales marcan una diferencia de casi 15 mil votos a favor del tricolor, suficientes para preocupar al partido en el poder ya que el inicio de las contiendas electorales de este 2010 empiezan con el pie izquierdo y perdiendo el bastión más importante del sur del país.

No se necesita buscar culpables entre los candidatos a la alcaldía y los aspirantes al congreso yucateco, porque de antemano los meridianos tenían en Beatriz Zavala a una extraordinaria candidata, es más, la ciudad es una de las de mayor competitividad económica y su infraestructura es de las mejores en todo México, y con uno de los índices más bajos en corrupción, lo que habla bien de los gobiernos panistas es esa ciudad. El problema de los malos resultados electorales del PAN hay que buscarlos adentro, donde las pugnas internas, la deficiente percepción de la administración pública federal por parte un electorado que no ve reflejado en sus bolsillos las bondades del cambio de régimen y asustados por el galopante incremento de la inseguridad en varias entidades del país, están mermando la confianza de la población hacia el partido cuyo objetivo es el bien común y la tener una patria ordenada y generosa, y una vida más digna para todos.

Seguramente los argumentos y estrategias de la cúpula partidista de los derrotados serán la de reclamar fraude o elección de estado, pero más allá de las pruebas que se presenten y que eventualmente demostrasen su dicho, me parece que la base militante debe considerar ya el momento de reflexionar, analizar y en su defecto, actuar en consecuencia sobre las razones que están llevando al PAN a hilvanar varias derrotas consecutivas.

Sin otro afán que no sea el de corregir el rumbo del partido, creo que con todo y la voluntad que tiene el mayor activo político de Acción Nacional y la enjundia juvenil de su dirigencia, es tiempo de reconocer errores y aceptar que el desempeño del ejecutivo federal y el status quo partidista, no han sido los mejores aliados en los dos últimos años.

P.D. Recuperemos al partido aunque perdamos el gobierno. Cuando menos.