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Jueves 28 de julio de 2016

Priistas contra Guillermo Dowell; están hartos del dirigente

La impugnación del PRI al proceso electoral, tiene como único fin defender al Gobernador Cesar Duarte y sus funcionarios, de las acusaciones publicas en su contra.


La impugnación del PRI al proceso electoral, tiene como único fin defender al Gobernador Cesar Duarte y sus funcionarios, de las acusaciones publicas en su contra.

Los priistas dan muchas muestras de cansancio y hartazgo hacia su dirigencia estatal, concretamente a Guillermo Dowell y su secretaria Liz Aguilera, quienes insisten en mantener al partido en una lucha considerada estéril, donde lo único que están logrando es incrementar el enojo de la gente hacia ese partido.

Cada vez queda más claro que la impugnación del PRI al proceso electoral que se vivió el pasado 5 de julio, tiene como único fin defender al Gobernador Cesar Duarte y sus funcionarios, entre ellos Pedro Hernández de la Secretaria de Salud y el Secretario de Hacienda, Jaime Herrera, entre otros, de las acusaciones publicas en su contra.

También Dowell y Aguilera, pretenden darle tiempo al Gobernador y sus secretarios de acomodar las cosas al interior de la administración para no dejar elementos que constituyan causa persecutoria en su contra; no dejar rastro, ni huella.

Sin embargo sus determinaciones han generado un estancamiento y un retroceso evidente en el ánimo de la gente; dicho más claro el PRI esta hartando a los chihuahuenses con eso de la impugnación y su insistencia en algo que no existe.

Tal vez esto provocó que ya públicamente un grupo de priistas, encabezados por Marco Quezada, haya hecho de manifiesto su coraje, tras enviar mensaje de que es momento de aceptar la derrota y empezar la reconstrucción del partido, algo que cada vez se antoja más complicado mientras la actual dirigencia siga adelante.

Las mismas señales habían mandado previamente el director del ISSSTE, José Reyes Baeza, y el senador, Patricio Martínez, quienes obviamente quieren que el barco se estabilice para retomar los proyectos políticos y darle forma al desorden que se ha generado hasta ahora.

Por su parte Guillermo Dowell y Liz Aguilera, decidieron llevar a cabo una jugada maestra para demostrar quien siguen moviendo el pandero; acudir a México D.F para entrevistarse con el nuevo dirigente nacional, Enrique Ochoa, el mismo que dio entrada a la demanda de expulsión para Cesar Duarte y los gobernadores de Veracruz y Quintana Roo.

Por supuesto que nadie les creyó que hayan obtenido su apoyo, sin embargo se tomaron la foto, hicieron ruido y consiguieron la reacción interna furibunda en su contra, con el movimiento que pide su salida de inmediato de la dirigencia estatal.

Desafortunadamente las cosas se mantiene así y no dude usted que, al igual que ocurre a nivel nacional, en Chihuahua empiecen a registrarse solicitudes de expulsión para los actores locales, si siguen insistiendo en llevar al partido de Plutarco Elías Calles a la bancarrota política. Por lo pronto la guerra interna ahí esta, eso es un hecho.