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Martes 4 de noviembre de 2008

Prohíben en Parral misas para narcos ejecutados

El obispo de Parral prohibió oficiar misas de cuerpo presente de narcotraficantes ejecutados


El obispo de Parral prohibió oficiar misas de cuerpo presente de narcotraficantes ejecutados

El obispo de la diócesis de Parral prohibió a los sacerdotes de su jurisdicción oficiar misas de cuerpo presente de narcotraficantes ejecutados.

Por medio de una carta enviada a las parroquias a su cargo, monseñor José Andrés Corral instruyó a sus sacerdotes a que se abstengan de oficiar cuando exista la certeza de que el difunto perteneció a una banda del crimen organizado.

“Ante las circunstancias de violencia y muerte que estamos viviendo en nuestras comunidades, pido especialmente a los párrocos y a los que celebren funerales, cumplir con lo que establece la ley de la Iglesia y negar las exequias a todos aquellos que notoria y abiertamente son parte del crimen”, dice la misiva leída al final de la misa dominical de este 2 de noviembre en todas las parroquias y santuarios, para que la comunidad se enterara.

La diócesis de Parral comprende gran parte de la región serrana del estado. ésta incluye municipios plenamente identificados como zonas de cultivo y distribución de enervantes, como Guadalupe y Calvo, enclavado en el denominado corazón del Triángulo Dorado de la Droga por ser el punto de convergencia de Chihuahua, Sinaloa y Durango, caracterizada por el trasiego de mariguana y amapola, y escondite habitual de importantes capos de la droga como Joaquín El Chapo Guzmán Loera, jefe del cártel de Sinaloa, de acuerdo con lo que aseguran en esa región.

En esa zona son frecuentes las ejecuciones, y usualmente las familias de los victimados recurren a la Iglesia Católica para que se ofrezca una misa por el difunto.

Para el sacerdote Miguel ángel Sáenz Vargas, quien tiene a su cargo el templo de Guadalupe y Calvo, la medida dictada por el obispo es un paliativo para los fieles que sí cumplen con los ordenamientos del Evangelio.

“Es una contradicción, un escándalo al interior de la propia iglesia que personas que llevaron una vida alejada de Dios, al morir tengan unas exequias como las de otro fiel que sí vivió en Cristo”, explicó el cura.

Cuestionado sobre si los sicarios y narcotraficantes perdían “el derecho” al rito póstumo, el sacerdote aclaró que no era propiamente que ya no lo tuvieran, pero “la Iglesia le pide a Dios por los que se esforzaron por la vida cristiana, no por los que la rechazaron”.

Respecto a hipotéticas represalias de familiares de asesinados por esa decisión, dijo que cada sacerdote evaluará la situación y de ser necesario se atendería al sacramento para evitar riesgos para su integridad.