Qué hacer en caso de un tiroteo

El gobierno mexicano reconoció ayer que 62 agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA) realizan labores de inteligencia policial en México.

Resulta que la agencia creada por Richard Nixon en 1973, confisca apenas el 1% del valor total del negocio de tráfico de drogas, que en Estados Unidos equivale a 65 mil millones de dólares por año.

Dicen los defensores de la DEA que a pesar de la minúscula afectación a los traficantes de drogas, la agencia pone presión al negocio, elevando el precio de los estupefacientes para los consumidores finales.

De forma similar, el procurador Eduardo Merina Mora no se cansa de explicar que la violencia en Chihuahua es fruto de la desesperación de los malosos, acorralados por la autoridad.

Ante los medios, Medina Mora señala que los precios de los estupefacientes en Estados Unidos han aumentado debido al combate antidrogas al sur del Río Bravo. O sea, los mismos argumentos que los gringos.

Serán peras o manzanas, pero hemos llegado a una situación extrema de terror, donde cabe que el Departamento de Protección Civil haga recomendaciones para librar de la mejor manera un episodio de violencia.

En caso de estar cerca de un enfrentamiento a balazos, dice Protección Civil, lo mejor es tirarse al suelo y cubrir la cabeza con ambas manos, buscando proteger a los menores y no salir corriendo para evitar ser confundido con un criminal.

Si le marca el alto una unidad de reciente modelo tipo Suburban, Tahoe o Durango, repleta de sujetos armados mal encarados, lo mejor es detenerse de inmediato y no tratar de huir. Lo pueden confundir.

Comúnmente los sicarios, cuando no estan seguros si Usted es o no su víctima, prefieren hacerle el alto para cerciorarse. Aclarada su identidad, lo dejan ir.

Si lo detiene una unidad del Ejército, AFI o PFP, baje la velocidad y encienda las luces intermitentes para avisar que está flojito y cooperando. Encienda la luz interior y coloque las dos manos sobre el volante.

Colabore en todo momento con las fuerzas federales y mantenga la calma. Es el precio que debemos pagar, como ciudadanos, para volver a vivir en orden y en paz, algún día.

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