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Sábado 19 de septiembre de 2009

Se afianzan cárteles como trasnacionales

Los cárteles del narco en México cambiaron sus estructuras y se han consolidado a través de consejos de administración


Los cárteles del narco en México cambiaron sus estructuras y se han consolidado a través de consejos de administración

Distrito Federal— Los cárteles del narcotráfico en México cambiaron sus estructuras y se han consolidado a través de consejos de administración, como si se tratara de empresas trasnacionales, garantizando con ello, la continuidad de sus operaciones tanto en territorio mexicano como en el resto del mundo, señala información del Departamento de Justicia y del Tesoro de Estados Unidos.

A través de investigaciones tanto en México, como en Estados Unidos, Canadá. Europa, Centro, Sudamérica, Asia y áfrica, y con expedientes judiciales presentados en Cortes en la Unión Americana, cuyas copias tiene EL UNIVERSAL, el Departamento de Justicia ha podido reconstruir la nueva estructura del narcotráfico en México.

“Los cárteles mexicanos cada vez tienen estructuras más corporativas, tienen CEO (Chief Executive Officer o Director Ejecutivo), cuadros operativos, equipo tecnológico, ciclos de financiamiento y alianzas estratégicas con otras organizaciones”, explicó un oficial del Departamento de Justicia que habló en condición de anonimato por no estar autorizado para hablar públicamente sobre el tema.

Dijo que además cuentan con programas de expansión, actividades de reclutamiento, contraloría interna, áreas de impuestos, lavado de dinero, control de calidad, mermas producidas por aseguramientos y hasta relaciones públicas.

Actualmente, los cárteles mexicanos controlan el 80% del tráfico de cocaína que sale de Colombia y Sudamérica, en tanto que el 90% de esta droga que ingresa a Estados Unidos procede de México.

Controlan además el tráfico de mariguana, metanfetaminas, heroína y de indocumentados, señala información de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), y el reporte de la Amenaza Nacional de la Droga 2009.

Desde 2008 y durante 2009, los cárteles de México dejaron de trabajar de manera coordinada a través de lo que ellos denominaron “La Federación”, lo que agudizó la rivalidad y dio inicio a una “violenta guerra en México sobre varios aspectos.

Principalmente por el control lucrativo de rutas del narcotráfico en los Estados Unidos, y la lealtad de todos los distribuidores, incluyendo pero no limitando, a los hermanos Flores, quienes operan dentro de los Estados Unidos y compran la droga tanto al Cártel de Sinaloa como a los Beltrán Leyva, indican documentos del Departamento de Justicia presentados a las cortes de Nueva York e Illinois, en julio pasado.

Distrito Federal— La ruptura, señalan los documentos, resultó en que el cártel de los Beltrán Leyva terminara su alianza con el cártel de Sinaloa, y el resto de “La Federación”, pero no sólo ello.

Cada uno de los cárteles mexicanos decidió modificar su estructura y ahora operan de manera diferente tanto el cártel de Tijuana, de los Carrillo Fuentes, Golfo, Sinaloa, La Familia, los Amezcua y el de los Beltrán Leyva.

Así, el cártel de Sinaloa estableció dos facciones una de las cuales está dirigida por Joaquín Guzmán Loera y otra dirigida por Ismael Zambada García, detallan los documentos presentados por el gobierno de Estados Unidos a la corte Norte del Distrito de Illinois.

Sin embargo, información de la DEA detalla que dentro de la facción de Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo” Guzmán, se ubica Ignacio Coronel alias “Nacho Coronel”, quien tras conocerse que “El Chapo” padece de cáncer de próstata, se ha hecho cargo de esa parte del cártel.

Basados en esas dos facciones tanto “El Chapo” como Zambada “coordinan sus actividades de narcotráfico cada uno con otros grupos del cártel de Sinaloa, una alianza similar a “La Federación”, pero que ahora es sólo entre ellos y algunos aliados de otros cárteles.

De hecho, “La Federación” fue fundada para aglomerar a todos los cárteles de México y hasta 2008 operaba con arreglos de cooperación con proveedores de droga para comprarla, transportarla por aire, mar o tierra.

Así resolvían conflictos entre ellos, minimizaban la violencia, compartían rutas, y se aseguraban de tener protección política y judicial común.

En tanto, la información más reciente del gobierno de Estados Unidos, señala que “Guzmán Loera obtuvo y negoció el precio de múltiples toneladas de cocaína de países de Centro y Sudamérica, incluyendo Colombia y Panamá, y dirigió y arregló la transportación de múltiples kilogramos de cocaína y heroína del interior de México a la frontera con Estados Unidos, y después hacia el interior del territorio estadounidense”, indican los documentos.

Al igual que “El Chapo” Guzmán también lo hizo Zambada García, quien coordinando su propio equipo logró la entrada de esa droga en los Estados Unidos.

Por su parte, el cártel de los Beltrán Leyva se alió a los Hermanos Pedro y Margarito Flores en Estados Unidos, para no dividir a su familia “y utilizan diversos artículos para comunicarse entre ellos, incluyendo, pero no limitando, teléfonos celulares, radios, computadoras, agendas electrónicas para facilitar sus actividades de narcotráfico”.

Al igual que el resto de los cárteles, los Beltrán y sus aliados los Flores “utilizan códigos para comunicarse, confundir o esconder información, con el propósito de ocultar sus actividades de narcotráfico y evitar ser detectados o detenidos por las autoridades”, destaca.

Los Beltrán, agrega, y miembros de ese cártel utilizan varios medios para evadir a la justicia y proteger sus actividades de narcotráfico, incluyendo sobornos, violencia, amenazas, intimidación, tanto a las autoridades como a sus rivales en el narcotráfico, e incluso, a miembros de la propia organización.

“A los cárteles no les interesa el poder político, sólo lo usan a su favor. Son organizaciones anti-Estado, y sólo buscan que ese poder político los proteja”, explicó el funcionario estadounidense.

Como una Compañía

Controlando el corredor Juárez-El paso, uno de los tres principales a Estados Unidos, por donde cruza el 70 por ciento de la cocaína, el cártel de los Carrillo Fuentes también se ha protegido de los cambios presentes y futuros modificando su estructura.

“Vicente Carrillo Fuentes, cuenta en conjunto con cinco o más personas, de las cuales él es su supervisor, ocupando la posición de gerente, de principal de administrador”, detalla los documentos del Departamento de Justicia.

Sin embargo, para lograr la continuidad de su organización criminal, Vicente Carrillo delegó algunas funciones en su círculo de operadores tanto en manufactura, como en importación y distribución de diferentes drogas, indica el funcionario del Departamento de Justicia.

“El cártel de Juárez mantiene su poder con el pago de sobornos a las autoridades y oficiales públicos, y a través de numerosos actos de violencia, incluyendo asesinatos, secuestros, torturas, y recolecciones violentas de deudas por drogas”, refieren los documentos.

Mientras que el cártel de Tijuana también ha distribuido sus funciones entre los hermanos Arellano Félix y sus descendientes, que hablan más de un idioma, sin recibir mucho los reflectores del gobierno de Estados Unidos, el cártel del Golfo sí lo ha hecho.

El gobierno de Estados Unidos determinó que tras la detención de Osiel Cárdenas Guillén, “el cártel del Golfo” sufrió una transformación, y que actualmente opera como un “triunvirato”, donde el poder se ha dividido entre Ezequiel Antonio Cárdenas Guillen, Eduardo Costilla Sánchez, alias “El Coss”, y Heriberto Lazcano, cabeza de “Los Zetas”, todos haciendo llamarse entre su medio como “La Compañía”

El gobierno de Estados Unidos ha puesto especial interés en el cártel del Golfo por la alianza entre esa organización y “Los Zetas” ubicados ya como un cártel en sí.

El triunvirato de “La Compañía” como trabaja ahora el cártel del Golfo, “opera a lo largo de la frontera México-Estados Unidos, y ha asignado a cada líder una plaza, por lo que son conocidos como “jefes de plaza”, detallan los documentos.

Al igual que el resto de los cárteles mexicanos, el del Golfo cuenta ya con plazas en Centro y Sudamérica, en Estados Unidos, Canadá, Europa y áfrica, utilizando contactos para establecer “alianzas estratégicas”, detalló el oficial estadounidense.

“La Compañía alega utilizar sofisticados registros para mantener sus programas, rastrear pedidos, empleados, pagos de nómina, sobornos a los oficiales de la ley, y pagos recibidos”, refieren los documentos del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Pero va más allá, el cártel del Golfo ahora determina entre otras cosas “proveedores, pagos, precios de la droga en áreas específicas, estructuras de bonos para su gente, trabajo de las plazas, protección al transporte de drogas, métodos de embarco y decomisos”.

“Los cárteles mexicanos representan la organización criminal más peligrosa para los Estados Unidos. Su influencia sobre los narcotraficantes nacionales no tiene rivalidad”, indica el reporte de la Amenaza Nacional de la Droga 2009.