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Jueves 20 de mayo de 2010

Sociedad Civil Desorganizada

Mediante la organización de la sociedad civil, múltiples acciones de carácter social se han concretado en forma eficiente


Mediante la organización de la sociedad civil, múltiples acciones de carácter social se han concretado en forma eficiente

Mediante la organización de la sociedad civil, múltiples acciones de carácter social se han concretado en forma eficiente, en ocasiones perfeccionando e incluso supliendo la labor gubernamental. Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) se integran por grupos de ciudadanos que se constituyen formalmente para enfocar sus esfuerzos en ayudar a ciertos sectores a los que normalmente los organismos gubernamentales no pueden llegar de manera tan eficiente como lo hacen ellas.

Es necesario reconocer que la labor y dedicación de la mayoría de las OSC´s, a través de sus vínculos con otras organizaciones de diferente índole, sus estructuras y voluntariado ha permitido atender a sectores vulnerables que en ocasiones han permanecido en el abandono por mucho tiempo.

Cada una por su lado y en algunos casos unidas solo por el sector al que atienden han podido hacer la diferencia para los miembros de la población que atienden; sin embargo, se han dejado de lado otros aspectos importantes para el desarrollo integral de la sociedad.

Hace poco tiempo una persona preguntó: ¿en verdad el crimen organizado será más grande que las personas de bien?; sin pensarlo mucho, en ese momento tuve la certeza de que no son más los malos que los buenos; el problema es que los malos si están organizados y los buenos centran su preocupación y ocupación en los propios problemas sin importar lo que le sucede a los demás.

Triste es pues encontrarse incluso con que algunas OSC’s que dedicándose al mismo “fin” no logren; o ni siquiera intenten unir esfuerzos para poder atender de manera más eficiente la problemática que desean solucionar. La “competencia” no debería existir entre organismos cuya finalidad sea la de ayudar en la solución y atención de problemas de diferente índole; mucho menos tratándose de la misma causa.

Si bien es cierto que resulta desafortunado que cada ciudadano piense tan solo en sí mismo; más desafortunado es que aquellos que han logrado organizarse para hacer el bien a un cierto sector o para atender una problemática en particular no aprovechen precisamente esa “organización” para unirse a causas más generales que afectan a nuestra sociedad en su conjunto.

Quizá ese sea el motivo de que la ciudadanía en ocasiones no desee adherirse a causas que de origen buscan brindar ayuda de forma “desinteresada”; probablemente también, estas organizaciones no se han dando cuenta de que si unen sus esfuerzos en torno al problema desaparecería o al menos disminuiría de manera considerable.

Definitivamente el desinterés de los ciudadanos por involucrarse en la solución de los problemas que nos aquejan va en aumento: Queda también claro que solo a través de las organizaciones civiles las voces ciudadanas tienen mayor probabilidad de ser escuchadas por los demás y por las autoridades gubernamentales; provocando con ello que se ponga mayor atención a las causas por las que luchan y a las que enfocan sus esfuerzos.

Lo que aún no queda claro es cuándo esos grupos de ciudadanos de bien que ya se encuentran organizados dejarán de lado los intereses particulares para entonces ver un poco más allá buscando consolidar grupos más grandes que expresen el sentir de la ciudadanía sobre temas que afectan a toda la sociedad. Si esto sucediera así; seguramente la causa particular por la que se originalmente se constituyeron como organización quedaría mejor atendida; y las causas generales tendrían una mayor participación ciudadana.

Pongo pues como ejemplo el caso más urgente en Chihuahua: la violencia en cualquiera de sus manifestaciones; y la pregunta en concreto sería: ¿si las organizaciones todas de la sociedad civil se unieran para hacer un llamado a las autoridades para que nos brinden información, acciones y resultados aceptables, no habría un mayor interés de los propios ciudadanos por adherirse a estos grupos y no habría una mayor atención por parte de los gobiernos?

Finalizo esta vez con una frase del político egipcio Anwar Sadat: “Puede haber esperanza únicamente para una sociedad cuando ésta actúe como una gran familia, y no como muchas separadas”.

Correo: laecita@gmail.com

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