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Algo De Nubes

Chihuahua, Chihuahua



Lunes 19 de septiembre de 2011

Un mismo grito

Este grito, a 201 años de la Independencia nacional, tiene distintos significados en cada lugar del país


Este grito, a 201 años de la Independencia nacional, tiene distintos significados en cada lugar del país

Si esta noche del 15 de septiembre hubiéramos podido visitar diferentes plazas a lo largo de la República, desde el sur hasta nuestra frontera, habríamos podido ver a la misma gente, las mismas familias disfrutando la noche en las plazas, los mismos sabores, las mismas expresiones de alegría en los niños por una noche de salir de casa hasta tarde, tomar las calles y corretear bajo las luces de colores. La misma alegría, los bailes, la comida, y finalmente, el mismo grito que fueron las voces de todos. Pocas veces en los últimos años hemos podido percibir esa unidad nacional por motivos gratos, y esa noche, más allá de que las cuentas de asistentes a los festejos hayan sido cuentas alegres, lo cierto es que hubo en cada ciudad una multitud, mayor o menor, dispuesta a festejar.

Aquí en la frontera hemos tenido dos gritos, en la explanada del estacionamiento del Estado Benito Juárez en nuestra ciudad, y en la llamada Plaza de los Lagartos, en la vecina ciudad del Paso, podemos decir que ambos eventos han sido de los juarenses, que cada familia decidió de qué lado iba a festejar, pero, al ver ambas celebraciones, podemos darnos cuenta de que han sido una misma, de que no hay realmente diferencias, y que haber estado en uno u otro lado, al final no es lo que a la gente le ha importado, sino demostrar que a pesar de todo aun se tiene el impuso de festejar, de seguir sacando a la calle ese carácter festivo, de colorido y escándalo.

Este grito, a 201 años de la Independencia nacional, tiene distintos significados en cada lugar del país: en lo nacional, se trata del último grito que encabeza el presidente Felipe Calderón, se trata del festejo público final en su gobierno, y marca los tiempos de la sucesión. En el caso del Estado de México se da la curiosa coincidencia de que han estado en el mismo palco a la hora de la celebración el gobernador saliente y el entrante. Y en nuestra ciudad, este año, hemos recuperado el festejo que el año pasado, en pleno Bicentenario, se nos negó aduciendo falta de condiciones debido a la inseguridad, de ahí que el Consulado mexicano en El Paso haya organizado el evento en territorio estadounidense, que este año se repitió.

Esta noche del 15 hemos vuelto a salir a nuestras calles, no ha habido una diferencia entre quienes festejaron desde El Paso y los que estuvimos en Juárez, porque somos una misma comunidad, porque llevamos en la sangre la misma herencia y hemos sido capaces de demostrar que nos reconocemos en la igualdad. Sin embargo, mentiríamos si no dijéramos que el miedo no ha estado en el aire, que por todas las familias que han salido valientemente a festejar, ha habido muchas que no han querido hacerlo, muchos ciudadanos aun no consideran que estemos listos para vivir una vida pública en normalidad, y tiene razón. La ciudad sigue amaneciendo con el constante conteo de la muerte, eso se ha convertido tristemente en nuestra normalidad, pero eso no quiere decir que sea realmente normal.

La mañana del 16, podría apostar que la mayoría de nosotros hemos abierto los diarios locales agradeciendo que todo se haya llevado a cabo en calma, pero sabiendo que en nuestra mente había muchas posibilidades de que no fuera así. En los asistentes al festejo pudimos ver una valentía casi sin bases firmes, más allá de los pronósticos, casi inconciente y salvaje, muchos de los que no conocen a Juárez más que por los negros titulares de la violencia, les hubiera parecido casi suicida salir con la familia entera a festejar en las calles, pero para quienes estamos aquí dentro, podemos decir que el valor de esas familias se parecía más a una rebelión, a levantar la voz por sobre los gritos de la inseguridad y no permitirse dominar.

Si hay algo que celebrar de esta fiesta de Independencia en nuestra ciudad es que la valentía de la gente aun se puede hacer tangible, presente. Porque no se trata de que los ciudadanos hayan salido a las calles porque hubo un gobierno que les ofreciera garantías de seguridad, porque eso no es cierto, en más de una ocasión y no sólo en nuestra ciudad, sino a lo largo y ancho de todo el país, la presencia de fuerzas de el orden no ha asegurado la tranquilidad, al contrario, son ellos mismos quienes protagonizan las balaceras y ponen a los ciudadanos en el fuego cruzado; tampoco podemos decir que hubo una gran campaña de convencimiento desde el gobierno u otras organizaciones, ha sido la gente misma, desde su perspectiva personal y familiar quien ha decidido salir a celebrar.

En medio de la tormenta, bajo una lluvia helada y salvaje, la persistencia de la gente nos ha hablado de su necesidad de demostrar que ese espacio público es suyo, que no importa el aguacero, el miedo, las amenazas, que no importa la probabilidad de la muerte en esas calles, porque siguen siendo nuestras calles, las de los juarenses de a pie, del día a día de esta ciudad. No hay, en todo el calendario nacional, una fecha como la noche del 15 de septiembre, dentro de las festividades más arraigadas, la del Grito de Independencia es el gran símbolo de lo mexicano, más allá de la ideología política, de lo partidista, más allá de la inconformidad y el rechazo a lo gubernamental, se trata de una fiesta de comida y baile, de juegos pirotécnicos y griterío de niños, una feria de color. Ahí es donde los mexicanos, los juarenses, seguimos siendo los mismos, esa fuerza de carácter que se revela ante el más gris de los panoramas y sigue mostrando su color. Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es ednafuerte@gmail.com para sus comentarios. Gracias.

Cd. Juárez, Chihuahua a 19 de Septiembre de 2011

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DICHOS & HECHOS
con Edna Lorena Fuerte

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