10.67°C

Cielo Claro

Chihuahua, Chihuahua



Viernes 19 de noviembre de 2010

Va dando color

Tarde se les hacía a los tricolores el recuperar el control sobre los negocios públicos en esta capital


Tarde se les hacía a los tricolores el recuperar el control sobre los negocios públicos en esta capital

Tarde se les hacía a los tricolores el recuperar el control sobre los negocios públicos en esta capital, a veces uno como ciudadano se ve ante el dilema de resignarse a permitirles quedarse indefinidamente en el poder o a darles una desconocida al relevarles el turno votando por otro partido, porque cuando como ahora, regresan después de una abstinencia de poder durante seis años, ni siquiera se molestan en disimular por un rato el feroz apetito de ganancias que los impele.

Ahí es donde descubrimos que la supuesta indignación que demostraban acerca del que criticaban como mal desempeño administrativo de sus opositores políticos, no era otra cosa que una mal disimulada frustración por que durante ese período no pudieron estar metiendo mano en la bolsa del erario público tal como están acostumbrados.

Hoy les resulta imposible disimular la salvaje alegría que les embarga al haber recuperado el protagonismo social que brinda el cargo que ostentan, pero tanto propios como extraños sabemos que su entusiasmo no se deriva de la noble satisfacción de ver reivindicado un ideario político, el mismo que les ha servido de bandera durante décadas para captar simpatías o para al menos justificar su participación en las contiendas electorales en el juego de aparentar democracia, si para muestra basta un botón, aquí les mostramos dos de los botones con los que se empiezan a abrochar el saco las nuevas autoridades municipales.

Sabiendo que gracias a la proverbial deshonestidad ejercida impunemente por los políticos de su partido durante demasiado tiempo ante la mirada impotente de la ciudadanía y conscientes del daño que con ello han logrado hacer en la confianza de la gente que a estas alturas considera que aquel que ocupe un cargo público automáticamente es un ladrón, hoy invocan esa predisposición a la desconfianza pública al lanzar la calumnia de un supuesto adeudo dejado por las administraciones anteriores y lo hacen aunque les consta que es una falsedad intencional que les encubre la jugada de endeudar a la ciudad con un préstamo innecesario para la gestión del municipio, pero muy necesario para que ya desde ahora, ellos desvíen esos recursos hacia la implementación de la estrategia de compra de votos rumbo a las elecciones presidenciales del 2012

Con ese mismo propósito de comprar fidelidades y untarles la mano a sus incondicionales, han inscrito a más de treinta líderes seccionales priístas en el servicio médico del instituto municipal de pensiones (IMPE) institución que por ley debe estar destinada exclusivamente a brindar seguridad social a los empleados municipales y a sus familias, pero que ahora, sin el más mínimo respeto por la separación del ámbito partidista con el de cualquier nivel de gobierno, disponen de esa institución como si fuera de su propiedad para que a costa del erario público sean atendidos sus correligionarios en detrimento de la calidad del servicio a los legítimos derecho-habientes.

“¿Quién le pone el cascabel al gato?, ¿quién le dice al sr. Presidente Municipal que eso que están haciendo es peculado electoral anticipado?, ¿a qué nivel de autoridad puede acudir el simple ciudadano para disuadirlos?, como no sea la autoridad Divina, ahora que tan ensoberbecidos y atrevidos están porque detentan absoluto control en todos los niveles de gobierno del estado.

Nuestra fe está siendo puesta a prueba, en esta época en la que a nuestro pueblo le urgen buenos ejemplos que lo animen a enderezar sus conductas, que penoso es empezar a comprobar que los que por cualquier medio se han allegado el poder, ni siquiera sean capaces de visualizar la oportunidad de pasar a la historia como pro-hombres ejemplares promotores del bien común para beneficio de todos – hasta de ellos mismos en su justa medida - que sólo mantengan su conocida óptica de la premeditación, la alevosía y la ventaja, más no para cumplir dignamente con su encomienda de función pública sino para perpetrar – una vez más – el asalto al botín que siempre les ha representado el patrimonio que debiera ser de todos.

De veras que para un pueblo desprovisto de poder de decisión y sobre todo de una capacidad real de exigir cuentas claras y de aplicar sanciones a quienes lo defraudan, sólo le queda el invocar al juez supremo e implorarle que actúe en su defensa… ¿Verán nuestros ojos el escarmiento de los trasgresores?