Violento fin de semana

La ola de violencia que azota al estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, dejó el fin de semana 13 muertos -informaron las autoridades locales- que se suman a otros 21 asesinatos perpetrados en el resto de México.

Agentes que forman parte de los 2.500 efectivos de la policía federal y el Ejército desplegados en Chihuahua a fines de marzo mataron a tiros a un joven de 21 años, Héctor Carrillo, que viajaba en una camioneta que intentó evitar un control carretero en las inmediaciones de la turbulenta Ciudad Juárez.

Según la versión del padre de la víctima, Carrillo viajaba con un amigo que dio la vuelta al ver a los agentes porque no tenía las placas del vehículo en regla y huyó tras el tiroteo.

El incidente provocó el enojo de los vecinos de la zona, que incendiaron una patrulla policial.

La noche del viernes sicarios armados con rifles de asalto ejecutaron a dos hombres y una mujer e hirieron a una niña de siete años en el municipio de Nuevo Casas Grandes.

En otra acción similar, un comando asesinó la noche del domingo a dos hombres y dejó herido a otro al atacar el vehículo en el que viajaban, el cual acabó con los cuerpos de las víctimas frente a unas instalaciones de la policía sin que se produjeran detenciones.

Otra víctima de la violencia este fin de semana, un joven de 21 años, fue atacada en la ciudad de Chihuahua.

Otras cuatro personas fueron asesinadas en otros tantos incidentes en Ciudad Juárez, incluida la camarera de un bar que fue tiroteada en su lugar de trabajo por varios hombres encapuchados.

Además, en las cercanías de esa localidad fueron hallados los cuerpos en descomposición de dos mujeres, que no han sido identificadas.

En Ciudad Juárez han sido asesinadas al menos 400 mujeres desde la década de los 90 en una serie de asesinatos con violencia extrema y motivaciones sexuales como común denominador.