12.8°C

Nubes

Chihuahua, Chihuahua



Jueves 24 de junio de 2010

Como el Merolico

“Qué no nos digan, que no nos cuenten…Porque a lo mejor nos mienten”


“Qué no nos digan, que no nos cuenten…Porque a lo mejor nos mienten”

Al acercarse el día ya la están viendo más perdida los priístas. Son tantos los que “piensan” en su campaña y con tan diferentes criterios, que hasta en el chisme se desarticulan y sus tácticas les resultan contraproducentes.

A toda costa quieren hacernos creer a los votantes, que Acción Nacional es igual que ellos, con operaciones fraudulentas, artificios o mañas, durante las campañas y que no saben gobernar. Para que nos resignemos a que sólo el PRI merece estar en el poder. O que “más vale malo por conocido…” Cierto que el PAN ha cometido errores, pero nunca de magnitud comparable. Dio transparencia, libertad de expresión, pago de deudas externas y cero devaluaciones a cambio.

No podemos calificarlos, mientras no se les permita ejercer con un Gobierno Federal, Estatal y Municipal panista, con la respectiva mayoría en los Congresos. Lo que ha impedido el PRI y los mexicanos destanteados, al hacer votaciones cruzadas. Como si estuvieran en examen de escuela, sin haber estudiado “al tin marín” en la casilla.

Recordemos que las mayorías en los Congresos, ha frenado todas las iniciativas panistas, precisamente para decir que sólo el PRI sabe gobernar.

Nos causa risa, que surgieron de un día para otro, personajes priistas con trayectorias y antecedentes muy cuestionables, señalando al PAN de compra de credenciales de elector. Primero dicen que en un vehículo del Municipio, luego involucran a un candidato a Diputado, o que un joven con su apá…Lo que nos da la impresión de que nos están mintiendo y que ellos fabricaron esa escena del delito.

También piden honestidad, respeto, democracia, etc. Les traiciona el subconsciente y sin tener números de votos todavía, ya se comportan como partido de oposición, a quienes ya casi les hacen fraude y, como si no supiéramos que toda esa ética que exigen, no es precisamente lo que a ellos les caracteriza.

Si el PRI en vez de culpar al PAN de realizar sus mismas prácticas, se aplicara a regenerarse, tal vez podríamos empezar a considerar que desean cambiar. Pues el prestigio propio, no se logra desprestigiando al adversario, sino mostrando las propias virtudes, analizando las desviaciones o defectos y corrigiéndolos.

Ante el arrollador avance de Carlos Borruel, el PRI implementa su guerrita sucia doméstica en televisión y radio. Reavivan el asunto de las facturas del DIF, del cual ya quedó al descubierto la persona responsable, que no es Borruel, ni su esposa Lety, con una truculencia que avergüenza a los chihuahuenses, por tener esos medios de comunicación. Fabrican el teatro de las credenciales compradas y que Pablo Cuarón, quizá más bien apoya a Duarte, por el hecho de salir en una foto junto a él.

Si Pablo Cuarón estuvo en su calidad de empresario, representando los intereses de su sector y de organizaciones sociales, ante todos los candidatos. Si como caballero que es, se sacó una foto al final del evento, sonriente y cercano, no necesariamente significa que esté apoyando a Duarte en su campaña o sumándole votos.
Ya sólo les falta otra vez decir que Juan Blanco no cumplió lo del tren ligero y que Carlos Borruel dijo 69 en vez de 67 municipios.

Lo que si es muy relevante, es el destape inédito de los sindicatos, que a partir de la apertura del IMSS, se atrevieron a sumarse los demás también.

La lealtad histórica de los sindicatos al PRI, nos han perjudicando sobremanera, partiendo del hecho de que sus líderes por todo luchan menos por los intereses de los sindicalizados y mucho menos de los mexicanos.

Les inculcaron un vitalicio agradecimiento hacia el papá de “Cuatemochas” por su creación, obligándoles a hacerlo por toda la eternidad, fortaleciendo con esa lealtad solamente a sus líderes inobjetables, charros y siniestros, como la maestra Elvita.

Por fin despertaron y dijeron “ya no queremos más mangoneos, cada quien puede elegir a sus gobernantes, sin que nos condicionen nada, el voto es secreto y una decisión independiente y personal”.

También influyó que ni siquiera les garantizaba mayores privilegios apoyar al PRI, como es el caso de los burócratas. Fue preciso que se acercara Carlos Borruel, para enterarnos de las irregularidades contractuales en que los tenían.

A partir de ese destape de voluntades, llega inmediatamente después el señor Duarte, para lo mismo, como en un mercadillo, peleando al cliente con mejoras en los precios de los productos.

El cierre de Camargo fue impresionante, con las palabras mágicas de inclusión, los que aún estaban indecisos, se decidieron a sumarse a Borruel.

Si por cantidad de promesas votáramos, sería lógico pensar que ganaría el señor Duarte, pues él está ofreciendo exactamente lo mismo que Carlos Borruel… Más 5 aeropuertos y 15 presas. Cómo si fuera el “revire” de una partida de póker.

Lástima que no le creemos y con Borruel ya están… Hasta los sindicatos.

Sara O Durán