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Martes 2 de febrero de 2010

Juárez llora; exigen justicia tras matanza

“No necesitamos a los soldados, ¡que se vayan!, dijo molesto el hermano mayor de Jesús Enríquez Viramontes


“No necesitamos a los soldados, ¡que se vayan!, dijo molesto el hermano mayor de Jesús Enríquez Viramontes

Juárez.- “No necesitamos a los soldados, ¡que se vayan!, dijo molesto el hermano mayor de Jesús Enríquez Viramontes, acribillado la medianoche del sábado durante una fiesta estudiantil en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, sitio donde un día después se respira desolación.

Con una creciente cifra de víctimas, cuyo número oficial llegó a 16, las autoridades civiles y militares enfrentaron otra aciaga jornada, sin avances en la investigación para la captura de los responsables. Los sectores académico y social condenaron la masacre, que otra vez, puso a Ciudad Juárez en los titulares de los medios del mundo entero.

El alcalde José Reyes Ferriz —único en dar la cara a los medios— habló de cinco llamadas de “gran importancia” detectadas por el sistema de denuncia de Crime Stoppers, a través de la que se ofreció una millonaria recompensa para quien ofrezca datos. Casi a manera de súplica, exhortó a los ciudadanos para que aporten información específica para detener a los criminales.

En la colonia Villas de Salvárcar todo fue desolación y tristeza. El silencio fue sepulcral, entre la incredulidad y la frustración por la tragedia.

Ocho soldados que bajaron de la unidad militar 5003321, pasadas las 16:00 horas, empezaron a infiltrarse entre los deudos de las víctimas y los amigos. La presencia de los hombres de uniforme verde olivo en la calle Villa del Portal, hizo que el ambiente fuera más tenso.

Sobre la banqueta de la casa marcada con el número 1306, justo donde se encuentra el puestecito donde vendían sodas y fritangas, está marcada una cruz de calhidra, de medio metro, que tiene dos rosas de color rojo, en memoria de uno de los hombres acribillados.

Más de un centenar de familiares y amigos cercanos, estudiantes y compañeros del CBTIS 128, del Colegio de Bachilleres y de la Universidad Autónoma de Chihuahua, coparon prácticamente la diminuta calle de Villa del Portal, entre Villa del Cedro y Villa del Sauzal, para condenar los hechos y pedir que se haga justicia.

En esa unidad habitacional, que fue construida hace 10 años, de apariencia humilde, prácticamente enclavada en una “isla”, localizada entre pastizales, hierba seca y gobernadora, que contrasta a escasos 500 metros con la imponente arquitectura del Hospital Regional de Zona Numero 66 del Seguro Social, al sur de la ciudad, los deudos lloraron a sus muertos.

“Éramos una familia, aquí crecimos y nos cuidábamos todos”, dijo un hombre de la familia Piña Dávila que vive en el numero 1211 de Villa del Portal, donde esperaban que llegaran los cuerpos de dos familiares acribillados. Uno era universitario, otro estudiaba bachillerato.

La Villa del Portal se convirtió en un viacrucis, una ruta de luto.

Crecen número de víctimas

El alcalde José Reyes Ferriz anunció ayer que el número fatal había aumentado a 16. Uno murió anoche y otro por la madrugada. De los lesionados, dijo, ya no hay casos de “extrema gravedad”.

Los sectores académicos y sociales de Ciudad Juárez manifestaron su repudio a la ola de violencia. El director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), Eduardo Borunda, condenó los hechos y repudió la ola de violencia “que nuevamente afecta a toda la comunidad estudiantil”.

Cipriana Jurado, del Centro de Investigación y Solidaridad Obrera (CISO), afirmó que no es posible que se sigan permitiendo este tipo de masacres contra los jóvenes. Dijo que existe una política de disimulo de las autoridades de lo que está pasando en Ciudad Juárez.

El visitador especial de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, Gustavo de la Rosa Hickerson, dijo que estos hechos “son actos de terroristas”, de una o las dos bandas (de la delincuencia organizada) que tienen aterrorizada a la ciudad. En tanto, el presidente de la Comisión de Seguridad Publica en el Congreso local, Antonio Andreu Rodríguez, condenó los sucesos y dijo que esto “rebasa los límites de la credibilidad” y enluta a las familias juarenses. Esperamos que las autoridades competentes encuentren a los responsables de este múltiple homicidio, dijo.

Fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) presumieron anoche la participación de integrantes de la pandilla “Los Aztecas” en la masacre. Reportes oficiales señalan que esa agrupación ha abastecido de sicarios en los últimos meses a la organización criminal “La Línea”, brazo armado del cártel de Juárez.