¿Tigres vegetarianos?

Las modernas ventanas electrónicas acortan como nunca las distancias, con dilación de solo unos segundos nos llegan las imágenes y el audio de lo que acontece a miles de kilómetros de distancia y merced a una nueva realidad virtual que trasciende los antiguos conceptos, relativamente y sin estar físicamente presentes, somos testigos presenciales de los hechos que impactan en la historia contemporánea.

Cada imagen nos llega acompañada de los sonidos ambientales del entorno donde se escenifica y enmarcadas en esas circunstancias audiovisuales que les dan credibilidad y vigencia, hasta nuestros oídos nos llegan frases de intenso contenido, pronunciadas espontáneamente por anónimos pero protagónicos actores quienes inmersos en esos acontecimientos, con sus voces le ponen argumento y sentido al drama que experimentan.

Uno de ellos, un hombre “x” de aquellas tierras, con los ojos cargados de una indescriptible mezcla de emociones que incluyen la incertidumbre y el miedo pero también la indignación, la ira y la determinación, con desesperada resolución contestó al reportero que lo entrevistaba cuando se le hizo esta pregunta directa: “y cuando caiga el dictador que los oprime ¿Quién quieren ustedes que los gobierne?... a lo que ese ciudadano egipcio respondió sin titubear… “cualquiera, ¡menos ese! “

Su espontánea respuesta surgió más de sus entrañas que de su razonamiento y fue muy inconsciente de que con su impulsiva frase le daba sentido a la rebeldía transformadora que impulsa a su pueblo a sacudirse el yugo de alguien que ya les es intolerable. Esa es la fuerza impulsiva que se desata cuando se ha agotado la validez de las razones, cuando los individuos y los pueblos ven colmada su paciencia y han perdido la esperanza de ser escuchados en sus demandas, pues más que entender, intuyen que sus interlocutores no siguen las reglas del juego sino que se han parapetado en la irracionalidad del poder para perpetuarse en él.

Por eso aquellas gentes no han aceptado plenamente a los sucesores que el tirano ha dejado en su lugar, saben que no serán elementos leales a la causa de la liberación sino que siempre serán traidores potenciales infiltrados, afines al tirano expulsado que acechará tras bambalinas el momento en el que los ánimos se hayan calmado para intentar regresar por lo que considera que le pertenece.

…De pronto pareciera que en vez de estar hablando del lejano oriente estuviéramos haciéndolo de nuestro propio país, que apenas hace una corta década reaccionó electoralmente para sacudirse al eternizado PRI pero luego le falta la paciencia y comete el error de exigir inmediatez al querer cobrarle a los gobiernos del cambio las atrocidades cometidas por aquellos a los que solo expulsamos a medias y por eso se quedaron enquistados en nuestra política como ladillas esperando que la frágil memoria del pueblo olvidase los agravios y que hoy, tras la máscara de un “nuevo PRI” asechan por la oportunidad de regresar por el control de este país al que consideran su Patente de Corso.

Ojalá los mexicanos recordemos que no debemos creer en la hipocresía de una fachada blanqueada, porque “el tigre no se vuelve vegetariano a menos que le tumben los dientes y las garras” y las mujeres, que hoy son mayoría que PUEDE Y DEBE influir en los resultados electorales; que si durante centurias han criticado tanto a los hombres por “pensar solo con el pene”, no vayan a hacer un mal uso de su recién estrenado poder de decisión y caer en la contradicción de “pensar solo con la vagina”. Esto viene a colación porque los amañados PRIcolores creyendo conocer las debilidades de su género, manejan la estrategia de proponerles como candidato a un fotogénico Enrique Peña Nieto que más tiene cualidades de galancillo de telenovela que las necesarias para ser un buen político y aunque les coquetea abiertamente promoviendo su imagen ante las electoras cuando en cambio ha demostrado tanta apatía y falta de capacidad para impedir y resolver los numerosos feminicidios en el estado donde es gobernador al grado de competir por el primer lugar con la triste fama de Cd. Juárez.

Tampoco deja de causar escozor en las bases ciudadanas la evidente contradicción de que el partido que hipócritamente se desgarra las venas dizque abogando por las clases más pobres, paradójicamente esté hoy conformado en sus cúpulas por individuos y familias multimillonarias, como en el caso del citado Peña Nieto y sus socios (léase gabinete de gobierno). Por si le causa curiosidad al lector, le bastaría un simple ejercicio de escrutinio el comprobar cómo la inmensa mayoría de los dirigentes priistas en todo el país están convencidos de que la mejor manera de ayudar a los pobres es… ¡no ser uno más de ellos!, por lo que se han dedicado abnegadamente a amasar incalculables fortunas desde la oportunidad que les brinda el poder para no tener que disputarle a los miserables las limosnas electoreras las que los apoyos paternalistas de sus gobiernos los tienen acostumbrados.

En el 2000 los mexicanos hicimos algo bien hecho al sacar al PRI de Los Pinos, ¿seremos capaces de refrendar nuestro acierto en el 2012?, ¿Volveremos a meter al lobo en el corral de los borreguitos? O recordando los agravios que nos hizo en el pasado tendremos la determinación de decir: “¡Cualquiera… menos ese!” o a los que nos quiera dejar como herencia.