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Chihuahua, Chihuahua



Domingo 4 de julio de 2010

Aguas traicioneras

Un día antes, el Domingo 4 de Julio tu voto lo hará posible, porque tú lo sabes y yo lo sé... Unidos todo es posible


Un día antes, el Domingo 4 de Julio tu voto lo hará posible, porque tú lo sabes y yo lo sé... Unidos todo es posible

El proceso electoral entra en una breve pausa, en la que supuestamente se brinda a la ciudadanía un período de reflexión para que al ir a votar el domingo 4 de julio ya haya tenido oportunidad de reflexionar su voto y pueda hacerlo con más inteligencia que apasionamiento.

Así que cuando menos en teoría y a partir de hoy pero sólo hasta el día de las votaciones, veremos bajar de intensidad las notas mediáticas de tipo proselitista, aunque todos sabemos que bajo la superficie de este aparente remanso electoral se agazapan remolinos y corrientes traicioneras dispuestas a hacer naufragar la frágil barquilla que es nuestra incipiente democracia.

A estas alturas de la contienda, prácticamente en las vísperas de la gran batalla, cuando todos hemos experimentado el desgaste que significan los preparativos con los que habremos de enfrentar el gran reto, se antojaría que nuestro inconsciente colectivo pudiera encontrar la tranquilidad suficiente para que la jornada electoral pudiera disfrutarse con el goce con el que se disputan las lides deportivas.

Más todavía no nos hemos merecido ese privilegio, lamentablemente como nación aún no tenemos la madurez humana suficiente como para llevar a cabo estas lides con un espíritu de justa competencia y al amparo de las reglas de caballerosidad, honestidad y trasparencia que nos dignificaran frente a nosotros mismos y frente a la comunidad global.

Esta guerra que nos aprestamos a pelear no es como quisiéramos que fuera, porque en vez de una lucha por lograr el amor de una anhelada compañera para nuestra vida, usando toda nuestra pasión, valentía y arrojo para conquistar a la deseable Ética a la que quisiéramos enamorar mostrándole nuestras mejores cualidades y nuestras más limpias intenciones, para desposarla y engendrar con ella el dulce fruto de la Democracia.

En vez de eso sabemos que habremos de luchar con la hermana fea y envidiosa, la Astucia, esa vieja serpiente taimada, a la que habremos de mirar de nuevo su desagradable rostro desfigurado por la ambición, habremos de sentir de nuevo la repugnancia que provoca su fétido aliento a corrupción, experimentaremos los aguijonazos traicioneros de sus trampas y sus robos.

Pero es una guerra que no podemos de dejar de luchar, la historia no se puede detener, porque si hoy nos toca sufrirla conservamos la esperanza de que lleguen los tiempos en los que podremos disfrutarla, por eso seremos esforzados hasta la terquedad, tarde que temprano México entero comprenderá que detrás del llamativo color rojo de esa manzana tentadora que nos ofrece esa vieja serpiente que llevamos impresa como parte de nuestro escudo nacional no es el mejor fruto que podemos obtener de nuestra mexicanidad.

Cuando aprendamos a ignorar las palabras del traicionero reptil que nos invita a seguir viviendo en este nido de víboras en el que han convertido a nuestra patria, aferrados a la desconfianza, asechándonos unos a otros agazapados entre las espinas y las pencas del nopal, como ese partido fratricida que se enrosca en el centro de los pliegues de nuestro lábaro patrio, cuando tomemos conciencia que no puede enseñarnos otra cosa más que su propia forma de ser. Cuando hartos ya de seguir su mal ejemplo de vivir arrastrándonos entre el polvo y la suciedad, nos decidamos a escuchar la voz del águila que nos propone revestirnos de la valentía necesaria de renunciar a la compañía indeseable de los ofidios para remontar el vuelo hacia cielos azules de infinita libertad desde donde podremos elegir el mejor horizonte al que queramos llegar.

Veremos entonces huir al reptil, arrastrándose en su bajeza, porque nos temerá como los bichos rastreros temen a los que han aprendido a caminar de pié, erguidos y orgullosos de haber roto para siempre con las malas compañías, de haber superado los destructivos vicios que nos convirtieron en esclavos de quienes han sido nuestros verdugos por tantas décadas. Podremos entonces empezar la reconstrucción en la mejor de las versiones de este México al que debemos demostrar que lo amamos más que a cualquiera. Aunque hubiera alguno que enfermo de ambición y de poder exija lo que no haya sabido dar. Ese día está cerca, la tiniebla de esta larga noche que ha durado doce años, es la última oscuridad que padeceremos antes del deslumbrante amanecer que verá esta tierra bendita de Chihuahua el próximo Lunes 5 de Julio.

Un día antes, el Domingo 4 de Julio tu voto lo hará posible, porque tú lo sabes y yo lo sé... Unidos todo es posible.