Martes 22 de marzo de 2011
Alimentarse en horas fijas del día evita lentitud del metabolismo y previene obesidad
Alimentarse en horas fijas del día evita lentitud del metabolismo y previene obesidad
Desayunar, comer y cenar sin horarios estables impide el correcto funcionamiento del organismo en la digestión, absorción de nutrientes y distribución de energía; además, provoca que el metabolismo sea lento, acumule energía y genere grasa abdominal, antecedente del sobrepeso y obesidad.
La importancia de un buen control en las horas de alimentación radica en que el proceso digestivo se realiza en alrededor de cuatro a seis horas, y por eso es que los horarios deben ser estables, afirmó Luz Miriam Lupercio Navarrete, nutricionista dietista de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Advirtió que no se debe salir de casa sin haber desayunado. Lo ideal es hacerlo una hora antes de salir hacia la escuela o el trabajo, de preferencia antes de las nueve de la mañana. Tomar un refrigerio de fruta o verduras entre 10 y 11 horas, hacer la comida entre dos y cuatro de la tarde; una colación vespertina y cenar dos horas antes de dormir.
La nutricionista del Seguro Social explicó que el refrigerio (colación o lunch) se recomienda dos horas después del desayuno y dos horas después de la comida; consiste en un alimento bajo en calorías, como frutas y verduras, o un pequeño puño de almendras o nueces.
Destacó que fijar horarios estables para la alimentación ayuda al gasto de las calorías que se consumen; también es necesario hacer ejercicio para utilizar esa energía y así eliminarla, ya que las calorías sobrantes se acumulan en el organismo y se van al abdomen en forma de grasa.
Luz Miriam Lupercio dijo que para evitar alteraciones del metabolismo se debe programar un desayuno generoso, una comida regular y una cena muy ligera. Lo ideal es incluir un alimento de cada grupo en cada comida. Para desayuno y comida: frutas, verduras, un producto de origen animal, leguminosas, cereales y tubérculos.
Refirió como ejemplo de desayuno: leche descremada, manzana, una rebanada de pan, jitomate, lechuga o chayote hervido. Respecto a la comida: incluir arroz (del grupo de cereales) como entrada, una porción de carne magra (sin grasa), acompañada de ensalada, dos tortillas y agua, que no debe faltar.
La dietista del IMSS señaló que es muy importante tomar alimentos ligeros en la cena: frutas, cereal integral o un vaso con leche es suficiente. Muchas veces las personas dejan de cenar con la idea de que van a perder peso, pero como son muchas horas de ayuno entre la comida y el desayuno (el metabolismo disminuye su ritmo), en lugar de adelgazar, incrementa el peso.
Hacer una caminata es lo más recomendable después de tomar alimentos, porque al estar el cuerpo en reposo, la energía no se distribuye de la misma manera; además, si el consumo de alimentos es alto en calorías, se desarrolla obesidad. Las personas que no pueden hacer ejercicio porque trabajan, deben levantarse cada 20 minutos de su lugar para no estar sentadas todo el tiempo.
Por último, señaló que es muy importante complementar la alimentación con actividad física, porque cuando la gente se pone a dieta, piensa que al evitar el pan y las tortillas -alimentos saludables-, va a perder peso. Sin embargo, como esa energía no se usa con el ejercicio, en lugar de reducir su peso corporal, lo va a aumentar.
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