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Viernes 15 de enero de 2010

“Como tapar el sol ”

¿Usted es de los que cree que no se pueda tapar el sol con un dedo? ¡Agárrese!


¿Usted es de los que cree que no se pueda tapar el sol con un dedo? ¡Agárrese!

Le tenemos noticias asombrosas, pues lo imposible ha ocurrido y por eso aquí les brindamos un reconocimiento a las cúpulas priístas, lo han logrado. Con un dedo mayúsculo han conseguido apagarles la luz de la esperanza a las bases priístas de nuestro estado, cuando ya festejaban que iban a recibir un Oscar por su mejor actuación política, en un arbitrario acto de prestidigitación Mamá Paredes se los catafixia por un César… Empezando por ellos mismos y secundados por el resto de los actores políticos del estado afirmamos que no es ni lo mismo, ni más barato.

Triunfalista la actitud de los fascinerosos que ya se dan por incluídos en las nominas de una probable administración priísta encabezada por César Duarte, quien anticipa festejos y dice, “ no hay candidato que me llegue” a lo mejor piensa que Paredes controla a toda la militancia de sus bases así como controla a los altos mandos y que también les puede ordenar a los demás partidos que acepten su voluntad incuestionable de que su protegido sea gober nomás porque sus folklóricas enaguas así lo dictan y porque así convenga a los grupos quienes a su vez la presionan a ella, algunos de los cuales ni siquiera son fuerzas políticas de ese partido aunque están en la jugada gracias a viejas pero soterradas alianzas, siendo estas del dominio público aunque ellos mucho se empeñan en negarlo.

La veredad es que en este momento, la sucinta matriarca si ha logrado convertir a la versión chihuahuense de esa institución política en un verdadero partido; Partido si ¡y bien partido!, pero en una cantidad de fracciones tantas como lo puedan ser los ofendidos seguidores de los otros aspirantes, ya que aunque estos personajes que soñaron con el cargo, en apariencia se han “disciplinado” sumisa o sumensamente y agachan las orejas ante la dictadora sabiendo que su acto de “obediencia” será recompensado con un conveniente premio de consolación al ser nombrados titulares de alguna secretaría o desde sus negocios privados al ser favorecidos con la exclusividad de jugosos contratos de obra pública, - con la debida simulación de licitación y todo - ¡Ándele! pero a ver como aplacan a las ovejas - conste que no dije borregos - estas se saben perdidas sin los que los pastoreaban y han emprendido ya la estampida “fuera del redil”.

¿Qué la dirigencia ha logrado que el priísmo de la entidad sea un grupo unido? si, pero un-nido de alacranes “encabrijados”, que muy justificadamente buscarán clavar el aguijón de su indignación en la urna que más les duela a quienes los pisotean sin miramientos, porque estos, engolosinados con sus últimos triunfos, ahora no han tenido la sensibilidad necesaria para entender que esos triunfos significaban el último rescoldo de esperanza de sus adeptos, de que el PRI verdaderamente se reinventara y que fuera lo que siempre debería de haber sido; un reducto y promotor de la democracia en México. Con sus torpes acciones le están dando la última patada al cántaro, que a fuerza de tanto ir al agua hoy ya presenta profundas e “imparchables” fracturas.

Grotesca se les ve la actuación al gobernador y a otros altos funcionarios emanados de ese partido que con la credibilidad que pudiera tener Juanito – pero no el de Iztapalapa, aunque sería lo mismo – sino al de la fábula de aquel pastorcito al que nadie le creía ya, que ahí viene el lobo, pues con una muy detectable falta de convicción repiten como disco rayado ante los medios, “de que el PRI es uno solo…”, “de que están más fuertes que nunca…” ¿Qué acaso no se dan cuenta de que ya ni siquiera la gente que está en sus nóminas les cree ni el bendito y que entre corrillos de las mismísimas dependencias del gobierno del estado circula el chascarrillo de que a Reyes Baeza cada vez les encuentran más parecido con otro personaje de cuento, con el célebre Pinocho, primero, por lo de títere y luego, por lo de mentiroso y cada vez que se lo topan, al rasgo al que le ponen más atención es a su naríz?.

Muy ajenos a la desolación de los que si son verdaderos priístas y que por eso no son – ni quieren ser- seguidores de Duarte, los partidarios de este que pareciera candidato de “8A” – por aquello de que “a huevo” -. Ante la ola de comentarios desfavorables que genera la cuestionable personalidad de ese aspirante al imperio y llevando el nivel de la campaña proselitista a alturas académicas, - si pero a nivel de primaria – a todas las afirmaciones de falta de confiabilidad de su candidato responden infantilmente, “es que le tienen miedo, por eso hablan”, habría que hacer el comentario de la conseja popular que dice que sólo los borrachos y los inconscientes no sienten miedo.

¿Que si le tenemos miedo a Duarte como triunfalístamete cacaréan algunos adeptos ?, se le tiene miedo, sí, pero no a sus capacidades de liderazgo, que son tan pocas que tuvo que refugiarse fuera del estado en las enaguas del huipil mayor del PRI para resultar nominado como candidato, hechando a perder todo el sistemático y bien calculado trabajo que por otra parte venía haciendo la familia Baeza, quienes tuvieron que “sacrificar” su decencia para posicionar a Oscar para el mismo puesto, aunque para ello tuvieran que utilizar electoreramente todos los abundantes recursos de la Secretaría de Fomento Social del Estado.

Tampoco se le temen a sus méritos, en eso se lo llevarían de capa algunos candidatos de otro partido.porque viéndolo bien, no trae un currículum muy nutrido de logros pues no ha hecho nada significativo por el grueso de la población de nuestro estado, salvo lo que hizo por su selecto pero limitado grupo de amigos y conocidos del campo a quienes calculadoramente les contentó desde su diputación con algunas dádivas a costa de los programas federales de atención al agro.

Miedo no, ¡pavor! , pero no en la buena lid como adversario partidista, antes bien como ciudadanos chihuahuenses que deseamos ver erradicada de nuestro estado la herencia de colusión con los grupos delincuenciales que nos heredó el Patriciato y que han sido un dolor de cabeza tal, que hasta parálisis facial le causó al actual aunque saliente gobernador quien ya no dice ¿Cuándo? sino ¿a qué horas? para librarse de estas preocupaciones de las que por cierto muy poco pudo remediar.

Por la manifiesta y pública relación de César con el que no sólo toleró sino que fomentó desde su gubernatura la situación que hoy padecemos y que no es ninguna denostación inventada por los que hoy los contendemos, sino por una realidad patente y vigente como lo consta en todos los medios informativos, no sólo locales y nacionales sino en toooodo este tembloroso mundo. Quizá el nuestro no sea franco temor, sino veradera y conciente preocupación porque tras la persona del susodicho candidato vemos agazapadas las sombras nefastas de esos que han infiltrado la actividad política de nuestro estado y que tras un período de dificultades para sus ilícitas actividades - porque Baeza al menos permite la intervención de la federación para frenar sus avances –, ahora babean de apetito ante la posibilidad personificada por Duarte de tener acceso e impunidad garantizado para meterle todavía más ruido y conflictos a nuestro estado haciendo de las suyas al amparo de la sombra del cacique, que invocando la soberanía de nuestro estado, como lo hizo Patricio - lo podemos jurar - permitiría que este se convirtiera en reducto de las mafias y muy a su estilo nos quisieran convencer de que todo está bien mediante la imposición de una “Pax Romana”, o lo que es lo mismo, “ni te asustes ni te espantes, ni te muevas, nomás te aguantes.”

Gentes decentes las hay en el PRI y las conocemos muy cercanamente y por lo mismo nos consta el desencanto que en ellos priva, cuando en las obligadas pláticas y ante nuestras interpelaciones de sus triunfalistas frases de : “el PRI si sabe gobernar” les espetamos con un “y si lo saben entonces porque no lo han hecho” – doble culpa – o esa otra de que “en los estatutos de nuestro partido se sintetizan los ideales de la revolución mexicana”, a lo que contestamos con los pelos de la burra en la mano “y si tienen esa herencia de valentía, entonces porque permiten que toda esa bola de oportunistas traidores a las causas revolucionarias nos defrauden a todos cobijándose en los colores de su partido y antes que a la nación mexicana los traicionan a ustedes mismos”, pues no muestran la mínima congruencia entre ese empolvado ideario y las delincuenciales acciones, de uno tras otro de los que van desfilando en el carrusel de poder en el que se han instalado.

Conmovidos vemos cómo en los ojos de esas gentes, verdaderamente idealistas asoma la tristeza, porque alcanzan a comprender que México es más grande que cualquiera de los partidos políticos que alberga, están desconcertados porque descubren que han sido víctimas de un doble lenguaje y cuando supuestamente les conminaron a que fueran rectos, en realidad se están pasando de rectos y terminan por ser poquito más adelante que eso, justo ahí donde “recto” pierde su nombre y… ¡Ah, no!, ¿Quién sería yo para decirles lo que son?, tendrían que llegar solos a la conclusión, de que para poder exigir hay que cumplir y que no se vale lamentarse si no se participa con los tamaños para tomar decisiones que nos saquen a todos de este estado de cosas, que somos absurdos sí primero metemos a la víbora en casa y después nos quejamos de que nos muerda el pié.

Estamos muy a tiempo, recordemos que todo lo que hacemos, no lo hacemos por tal o cual partido o por tal o cual candidato, sino por esa causa común a la que llamamos Patria, que antes que simpatías y conveniencias sexenales, debemos pensar en el bienestar y la seguridad permanente de esa generación que es la que inspira todos nuestros esfuerzos, ¡por nuestros jóvenes!, pues : ¿Qué cuentas les rendiremos a nuestras familias si a pesar de estar protegidos por la secresía y confidencialidad del voto, no lo usamos como recurso para evitarles este mal, esta inseguridad y peligro que no le deseamos a nadie y que a pesar de eso ya todos tenemos encima?. ¡Hagamos que ser chihuahuenses vuelva a ser sinónimo de ser valiente!.