Viernes 26 de febrero de 2010
La vida es en si misma una escuela y a pesar de todos los esfuerzos que hacen para mantenernos desinformados
La vida es en si misma una escuela y a pesar de todos los esfuerzos que hacen para mantenernos desinformados
En medio de tanta manipulación tendenciosa de la información, a veces nos llega la luz de la comprensión por medios inopinados, una realidad palpable puede saltarnos a la vista al observar, incongruencia de alguien que ante nuestros ojos hace un uso excelente del lenguaje hablado, pero con sus hechos y con sus actitudes proyecta un absoluto contrasentido de sus dichos.
Cuenta un viejo cuento, de un autor a quien le sea rendido el crédito pertinente de quien si recuerde su nombre, en vista del olvido que a mi memoria afecta y que sin embargo, junto con alguno de mis maestros, quien me obligó a leerlo, estarían satisfechos de haber logrado que al menos a uno (o sea yo) su moraleja aportó elementos para ayudarme a discernir entre lo que bien se dice, pero mal se hace.
Narraba aquel, que en un pequeño pueblo, un astuto ladrón se atrevió a robar del templo, el pequeño tesoro de ornamentos y avíos, que además de ser valiosos por su manufactura en metales y piedras preciosas, lo eran también por su antigüedad y mucho más aún por el valor sentimental que le representaba a esa comunidad, ya que eran símbolos materiales muy apreciados de su cultura y su orgullo de identidad.
Al darse cuenta del atrevido hurto, los cuidadores del templo echaron a repique las campanas convocando a la grey para salir a buscar a los culpables. Sucedió así y la población entera, enardecida recorría las calles revisando cada rincón del pueblo, enceguecidos por la furia y acicateados por la indignación, gritaban “¡al ladrón, al ladrón, atrapen al ladrón…!”.
Cuando el autor del robo se sintió acorralado y temió por su vida, tuvo un destello de astucia y escurridizamente se mezcló con la turba enardecida y encubierto en el anonimato de las masas, unió su voz a la de la multitud y algunos que lo vieron, después contaron, que inclusive era él aquel que con más vehemencia vociferaba ¡ al ladrón, al ladrón, atrapen al ladrón...¡”
Los acontecimientos actuales nos traen a la memoria esta vieja fábula, hoy que vemos a connotados personajes del priísmo, unos a nivel local y otros en los ámbitos estatales, nacionales y hasta en el extranjero; practicando exactamente el mismo y conocido juego, creando distracciones pirotécnicas, con declaraciones sensacionalistas en las que se les quema el dedo con el que señalan a sus contrincantes electorales, acusándolos de malversación de fondos, de desvíos de recursos, de peculado electoral, de acarreos, de dobles morales y todo aquello por lo que ellos mismos deberían estar cobrando derechos de patente.
Porque si bien a las nuevas generaciones, a los que no conocen como se las gastan, los tienen impresionados con todo su despliegue de patrioterismo, con toda esa verborrea demagógica y grandilocuente con la que representan: Su inverosímil papel de defensores de las clases desprotegidas, a las que por años ELLOS MISMOS han mantenido sumergidas en la pobreza y el abandono. Su farsa de adalides incongruentes de los derechos de los trabajadores, a los que mantienen subyugados mediante las estructuras tiránicas de los sindicatos creados POR ELLOS MISMOS y que al verdadero trabajador no le han reportado ningún beneficio digno de reconocimiento, que han servido para el enriquecimiento muy explicable, pero no muy justificable de sus corruptisisísimos líderes y las pandillas de aviadores e incondicionales que estos mantienen como esquiroles dentro de esas organizaciones.
Igual que el ladrón astuto, con sus desvergonzadas declaraciones, ellos y los que conociéndolos en su verdadera cara, los siguen apoyando con la secreta esperanza de ser convidados al reparto del botín, Todos esos, sólo demuestran una cosa; que se les puede acusar de todo, menos de tontos. Porque además basan su astucia en el conocimiento pervertido que tienen de los caminos que sigue el pensamiento de mucha de nuestra gente, aún tristemente ignorante y manipulable, que como no tiene los conocimientos políticos más elementales, pues como no la han dejado desarrollar un criterio maduro e informado, nuestra población se basa sólo en esos dimes y diretes mediáticos para juzgar a tabla rasa a todos los políticos.
Sabiendo que con sus proverbiales desmanes y abusos, ELLOS que durante tantísimo tiempo fueron los únicos actores reales de la política nacional, la han logrado desprestigiar tanto que ahora como estrategia mañosa para capitalizar a su favor el poder de la rumorología, les basta soltar una que otra desinformación insidiosa en los medios (que les hacen resonancia ya que para ese propósito los tienen previamente comprados), para lograr con ello que la ya dolida y predispuesta percepción de nuestra gente, al reaccionar con natural indignación, se le cieguen la capacidad de razonar y la capacidad crítica e inconcientemente les hagan el juego a los ladrones que mezclados entre la población y con careta de honorabilidad azuzan a las masas para que linchen políticamente a algunos otros que pretenden remediar la situación interviniendo en política.
La vida es en si misma una escuela y a pesar de todos los esfuerzos que hacen para mantenernos desinformados, ahora no todos – afortunadamente - reaccionamos ante sus inmorales estrategias, una parte cada vez mayor de la población ha sabido aprender de sus desventuras y ha ido desarrollando por si misma una percepción de la realidad, ante los ojos de un número creciente de ciudadanos, van quedando desenmascarados los verdaderos responsables del mayor y más doloso de los delitos que se puede cometer en contra de la población de un país; el robo de la confianza en si misma, en sus instituciones y en los representantes de la autoridad soberana del pueblo.
Con renacida y optimista esperanza vemos que ya está dejando de funcionarles el otro viejo truco de “divide y vencerás”, esa solapada maña, heredada de los ancestrales manipuladores sin patria ni honor que han existido siempre a lo largo de la historia, ahora pierde efectividad ante el avivamiento de los sentidos de nuestra gente que enfrentada a una dura realidad, que aunque pretenden evadir, todos sabemos que es la consecuencia de las viejas alianzas delincuenciales y las corruptelas en lo que convirtieron el manejo de la política nacional, consecuencia que por mucho que quieran repartir las culpas, el pago de la factura final, corresponderá solamente a los que perpetraron los hechos.
Estorbar podrán, pero impedir… está por verse por cuanto tiempo más, la decisión está en manos de la paciente ciudadanía, no en vano presumen los priístas de ser los inventores de la infame frase “Calumnia… que algo queda”.Pero así como existe esa anti-cultura de lo retorcido y lo insidioso, también existen los verdaderos y nobles valores en el corazón agraviado y dolido de nuestro México, ese corazón colectivo y que por lo mismo es inmenso y poderoso, corazón que siempre ha sabido enfrentar la adversidad en todas sus formas, corazón que sabe sobreponerse a los obstáculos donde persiste el conocimiento de quien es quien y tarde que temprano acaba por sacudirse lo que le estorba para crecer y para mejorar.
Ese gran corazón, que es el que le heredaremos a nuestros descendientes sabrá distinguir la hipocresía en los labios del hablador, porque como dice el dicho “el pez, por la boca muere… “ hablen señores priístas, despierten involuntariamente al gigante dormido de la conciencia de nuestra nación, al aventar el lodo de todo lo que es malo y retorcido, lograrán quizá convertir en víctimas de sus difamaciones a alguno que otro contrincante, pero al hacerlo, el pueblo aprenderá a distinguir todo lo que no está bien y cuando ese mismo pueblo al que se empeñan en mantener engañado, al fin identifique las acciones que ustedes cometen impúdicamente, como muestra negativa de lo que hipócritamente señalan. Este pueblo de gigantes aplastará con un rotundo voto en contra a los que así lo maltratan y engañan hoy.
No hay deuda que no se pague, ni plazo que no se cumpla, aunque pretendan esconder su verdadero rostro tras la rubicunda faz de un joven cuyo único mérito loable en la vida ha sido ganar concursos de oratoria, en los que gracias a su capacidad histriónica logra darle vida artificial al personaje honorable que sus padrinos en PRIvado le encomendaron que represente.
Sorpresa habrán de llevarse él y sus correligionarios cuando una votación popular masiva y consciente como la que se espera en esta contienda, anule las estrategias de estructura y voto duro con la que siempre se han apoyado para continuar mangoneando. Los hechos hablan más que las palabras y lo que han hecho es más contundente que lo que puedan decir de si mismos, tuvieron su oportunidad y en ese tiempo demostraron que el mal que saben hacer, lo saben hacer muy bien: PRImer lugar en desempleo, PRImer lugar en inseguridad, PRImer lugar en corrupción, PRImer lugar en violencia y muchos otros “galardones” que adornan su “brillante” desempeño”, ¡muchas gracias señores priístas, por enseñarnos con sus palpables hechos, lo mucho que nos engañan con sus palabras!, Ahora por más que la quieran distraer con sus argüendes, la ciudadanía de Chihuahua ya sabe por quien NO votar.
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