“Desquites solapados”

Sabiendo como es de compleja su idiosincrasia y de retorcida la lógica pragmática de los tricolores, los que los conocemos percibimos sus segundas intenciones por muy inocentemente que nos las quieran disfrazar. Y así observamos como salen a relucir las primeras acciones de revancha con las que quienes resultaron afectados reivindican sus sentimientos ofendidos.

Como si ya de por si no existiera tan mala percepción en la ciudadanía chihuahuense acerca del desempeño de los funcionarios emanados del PRI, por todo lo que su forma patrimonialista de manejo de los asuntos públicos nos ha perjudicado todos estos años de evidente desgobierno, período en el que los asuntos de necesidad primordial para el pueblo chihuahuense como lo son la creación de empleos, el de procuración de justicia y combate a la delincuencia, ante la vista de todos nosotros, arrojan resultados no sólo malos, sino verdaderamente catastróficos.

Y esto es porque, sexenio tras sexenio se han dedicado simplemente a construir y construir y construir, eso si mucha obra pública, bueno fuera eso si las necesidades de progreso de nuestra gente fueran solamente cuestiones de infraestructura material, pero claro, esa parte intangible del desarrollo social, como lo es una educación cívica y la capacidad de construir lazos de unidad y participación ciudadana, pero al no redituarles en pesos y centavos, simplemente dejaron que se descompusiera el tejido social porque cerraron los ojos a esa ingente necesidad y para poder decir que han hecho algo, se enfocaron en promover la industria de la construcción en las que “casualmente” las empresas constructoras de sus familiares, amigos y cómplices, fueron sistemáticamente beneficiadas por la adjudicación de opíparos contratos.

Bueno, pues a pesar de tener en contra de su candidato toda esa percepción negativa de parte de la ciudadanía ahora vemos como, con toda la mala leche del mundo, los encargados de la campaña del candidato a gobernador designado por la cúpula del PRI, le asestan un duro golpe a su imagen, al tapizar el estado con una foto escogida con todo el propósito de que los que a golpe de vista la enfrentemos digamos; ¡Ay nanita, el Chupacabras!,

Sabiendo que estos PRImates no dan pisada sin huarache, por favor que no nos quieran vender así tan fácil una supuesta inocencia, ni siquiera alegar un “lapsus pendexus”, porque sabemos que para estas cuestiones, detrás de cada candidato existe todo un equipo de expertos en diseño de imagen que escoge c-u-i-d-a-d-o-s-a-m-e-n-t-e las fotografías que deben aparecer en la promoción del personaje.

¿O será que a fuerza de detentar el poder en forma tan draconiana habrán llegado a estar tan perjudicados en su sensibilidad social que piensan que de veras nos pueden seguir espantando con el petate del muerto y que nomás por miedo al mal que nos han demostrado que saben hacer, les volveremos a dejar hacer de las suyas?, ¿Qué para convencernos de lo que suponen que es su poder, han decidido enviarnos una velada amenaza de “cuchilearnos” al Coco al presentarnos una foto de César que es toda una evocación de la repudiada imagen de Salinas De Gortari?, ¡De veras que ya ni la… disimulan, nomás faltaba que a los rojos pendones les agregaran la amenazante frase del “Termineitor”… “I´ll be back, baby”

Ingenuos seríamos si cándidamente preguntáramos ¿Pues qué les hiciste César que así te perjudican?, Pero todos sabemos muy bien lo que les han hecho ya que por más que quieran aparentar y para ello organicen un evento al más espectacular estilo Hitleriano disfrazado de “Convención para elegir candidato” y que otros desde afuera y sin estar avasallados por la rígida estructura con la que pastorean a sus huestes, simplemente lo miramos como lo que es: una burda simulación de democracia en la que les es presentado el nuevo Delfín impuesto desde las cúpulas, para que se le rinda sumisión y vasallaje… y ahí van tan contentos, con…dejos de aceptación

En lo que resultan peras o manzanas, asistiremos a un capítulo más de una típica historia “a la mexicana” que ya sabemos que se intitula “Si yo no llego, al menos te estorbo en todo lo que pueda”.
Decimos, el enemigo lo tienen en casa… Diremos, ¿ya ves?, ¡te lo dije!