Viernes 22 de mayo de 2009
Los cárteles mexicanos han descubierto sutiles y perfumadas formas de sobornar a agentes fronterizos de EU
Los cárteles mexicanos han descubierto sutiles y perfumadas formas de sobornar a agentes fronterizos de EU
Los cárteles mexicanos del narcotráfico usan la vieja técnica de “plata y sexo” de los servicios de inteligencia para seducir a funcionarios federales y locales estadunidenses, a diferencia de la alternativa de “plata o plomo” que usan para policías y funcionarios mexicanos, de acuerdo con un reporte de la agencia privada de inteligencia Strategic Forecasting (Stratfor).
“No es poco común que a los oficiales fronterizos se les ofrezca sexo a cambio de permitir la entrada de inmigrantes ilegales y estupefacientes”, explica el informe. “O que las organizaciones de narcotraficantes usen agentes atractivas para seducir y después reclutar a los oficiales.”
Lloyd Easterling, vocero de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), dijo, en entrevista con Excélsior, que esta estrategia es más barata y menos peligrosa para los criminales que atacar directamente a las autoridades estadunidenses.
Stratfor, en su reporte publicado el miércoles pasado, indica que la fórmula usada por los cárteles mexicanos revela su sofisticación y es una amenaza diferente que la presentada por organizaciones criminales tradicionales, lo que significa que contrarrestarlas requerirá de respuestas no convencionales.
De acuerdo con el recuento de la agencia de inteligencia privada, con sede en Austin, Texas, de octubre de 2008 a la fecha han sido arrestados por acusaciones de corrupción 14 agentes de la patrulla fronteriza estadunidense. Un aumento significativo, según Stratfor, al compararlo con los 21 agentes que fueron arrestados durante los 12 meses previos.
Uno de ellos es Michael Gilliland, un oficial de la CBP en California, quien fue seducido con favores sexuales por una mujer que trabajaba para las mafias que trafican con personas. Según Thomas Frost, asesor de investigaciones del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos, el oficial fue sentenciado en 2007 a cinco años de prisión por dejar que una caravana de inmigrantes ilegales ingresara a Estados Unidos.
En los últimos años, destaca la agencia, la lista de detenidos incluyó elementos de las policías locales y estatales, miembros de la Guardia Nacional (milicias estatales), jueces, fiscales y hasta agentes de la Oficina Federal de Investigación, el FBI.
Para Stratfor, esos casos son la punta del iceberg. “El problema subyacente de la corrupción es mucho mayor”, agrega el informe.
En marzo de 2007, Richard Elizalda, inspector de la Agencia de Aduanas y de Protección Fronteriza de Estados Unidos, quien trabajaba en la garita de San Ysidro, fue sentenciado a 57 meses de prisión por permitir el paso a indocumentados.
La policía descubrió que Raquel Arin, la mujer que prometió pasarlos sin papeles por uno de los puertos de entrada y salida de Estados Unidos más concurridos, y que iba en el grupo, era amante del guardia.
Cuando se habla de la corrupción en México, la gente comúnmente repite la frase “plata o plomo”, recuerda Stratfor, para referirse a las amenazas que reciben los policías. Sin embargo, aclara el documento, el “plomo” no es tan efectivo en EU como en el sur. Incluso los jueces encargados de los casos han rechazado este tipo de argumentos durante los juicios.
“Entre más efectivos son los cuerpos policiacos, obviamente los narcotraficantes tienen que hallar formas de enfrentar eso, y una de ellas es la corrupción. Del lado estadunidense de la frontera, ha habido un incremento en el número de casos de durante los últimos años”, explica a este diario Scott Stewart, vicepresidente de Inteligencia Táctica de Stratfor.
Siendo el plomo una amenaza vacía al norte de la frontera, explica el texto, la plata se ha convertido en la principal motivación para la corrupción a lo largo de la frontera.
Stewart afirma que a diferencia de los guardias del sur, los ingresos de los agentes estadunidenses son suficientemente altos como para considerarse una razón o motivo para incurrir en prácticas delictivas.
“Se trata de avaricia, no de necesidad”, aclara el analista.
El sexo, una antigua herramienta de reclutamiento en el espionaje, ha sido vista en casos de robo de información e infiltraciones de alto perfil, incluido el de los guardias de seguridad (marines) de la embajada de EU en Moscú, explica Stratfor.
“El sexo puede ser utilizado en dos formas: primero, como un simple pago por los servicios prestados. En segundo lugar, como una forma de chantaje”, anota la agencia de inteligencia.
Las dos técnicas, agrega, pueden ser utilizadas en conjunto. Usar el sexo para reclutar a un agente se conoce comúnmente como preparar una “trampa de miel”.
Richard Elizalda, el agente arrestado en San Ysidro, también aceptó dinero en efectivo por sus esfuerzos. Dijo que la casi todo lo gastó en regalos para Arin.
“El de Elizalda fue un caso de plata y sexo, en vez de uno u otro”, dice el reporte titulado A counterintelligence aproach to controlling carte corruption.
Stratfor consideró que el gobierno estadunidense debe cambiar su forma de abordar el problema, pues aunque las técnicas son iguales, los casos de corrupción por delincuencia, no son perseguidos usualmente tan empeñosamente como los de espionaje.
“En otras palabras, si un empleado del gobierno estadunidense es reclutado por los servicios de inteligencia chino o ruso, la investigación es mucho más enérgica y sus amigos y asociados son más escudriñados que si es reclutado por un cártel mexicano”, puntualizó.