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Martes 3 de junio de 2008

Estamos contigo Presidente

Otra intentona del crimen organizado por crear angustia entre la población


Los tentáculos del crimen organizado son tan extensos que abarcan todas las corporaciones policiacas de los tres órdenes de gobiernos y funcionarios corruptos no escapan a ello, de tal suerte, que la complicidad de los primeros con las autoridades permiten que el desafío de la mafia al Estado Mexicano no tan sólo se concentre en las calles sino también en una guerra psicológica a través de presiones para que el gobierno federal retire a las fuerzas federales de las plazas que aun mantienen bajo control.

En Sinaloa hace algunos meses se organizó una marcha en la capital del estado en contra de la intervención del ejército en aquella entidad controlada por el chapo Guzmán, la cual despertó las sospechas de que recibió el auspicio del evadido capo más buscado por el gobierno mexicano y la Interpol. De haberse retirado el ejército, el Estado Mexicano habría claudicado en su intento por desmembrar a una de las mafias de narcotraficantes más peligrosas del continente americano, pero el gobierno del Presidente Calderón no mordió el anzuelo y continúa con los operativos para combatir al crimen organizado; y si, esta guerra ha costado muchas vidas como el asesinato recientemente de 8 efectivos de la policía federal que cayeron en el cumplimiento de su deber. Sin embargo, es parte del costo que debemos pagar los mexicanos para recuperar la seguridad.

Otra intentona del crimen organizado por crear angustia entre la población y provocar un ambiente de desilusión de ésta hacia el gobierno federal ha sido la de enviar mensajes de que los operativos que llevan al cabo en el estado de Chihuahua han fracasado, pero las fuerzas armadas y el apoyo de la fuerzas policiacas federales, más que inhibirse o desalentarse, han incrementado su presencia en las principales ciudades de la entidad, eso lo podemos constatar, porque el aumento exponencial de la narcoviolencia y el número de asesinatos (400) que se han contabilizado hasta el momento, no son otra cosa que producto de la presión que ejerce el Estado Mexicano en contra de las bandas criminales que se disputan el territorio chihuahuenses, llámese cártel de Juárez, la Línea o la que encabeza el chapo Guzmán.

A mi como ciudadano me preocupa que a diario sucedan tiroteos en cualquier ciudad del estado, en cualquier parte y a cualquier hora, porque no estamos exentos de ser heridos o muertos por alguna bala; sin embargo, prefiero correr ese riesgo a que el crimen organizado siga arrebatándole la tranquilidad a nuestras familias, a que continúen envenenando y reclutando a niños y a jóvenes entre sus principales clientes para venderles drogas de cualquier tipo. Prefiero momentos de tensión por la guerra contra la mafia que vivir condenado a soportar las consecuencias del consumo de drogas y los graves problemas de salud pública que eso implica.

Más que criticar los operativos que el gobierno de Calderón realiza para recuperar la paz en las calles, deberíamos apoyar incondicionalmente este monumental esfuerzo que está costando vidas de policías leales y honestos, y si alguien tiene un método mas eficaz que disminuya las muertes y la violencia, que tenga el valor civil de compartirlo al sistema de seguridad nacional para ponerlo en práctica porque no se vale descalificar por quedar bien ante la opinión pública o pretender ganar la gracia de algún bando criminal.

Tengamos confianza en el gobierno federal, brindemos el apoyo a nuestro Presidente Felipe Calderón que en estos momentos encabeza y con todo el riesgo que eso implica para él y su familia, una guerra abierta y de frente contra el crimen organizado. Si en Colombia pudieron recuperar las calles y hacer caer el narcotraficante más poderoso de los ochentas como lo fue Pablo Escobar Gaviria, ¿porque en México que cuenta con mejor estructura para hacer frente a la mafia no hemos de lograrlo?

P. D. Los chihuahuenses seguramente, dentro de la nobleza que los caracteriza, habrán de atender este llamado. Yo espero que las autoridades estatales, así como tienen pantalones para señalar responsables del crecimiento del narcotráfico, tengan por lo menos la testosterona para apoyar decididamente, aunque sea desde la retaguardia, el esfuerzo que ha emprendido el gobierno mexicano en contra del crimen organizado.