21.78°C

Cielo Claro

Chihuahua, Chihuahua



Sábado 19 de abril de 2008

Política de fondo y pragmatismo

Un político que con ideas convence a un ciudadano a participar siembra una semilla más duradera


Hace relativamente poco platicaba con un académico experto en filosofía política. Muy ilustrativa la conversación. Mil ideas interesantes, pero hay una idea en particular que mencionó y sobre la cual vale la pena comentar para los lectores, lo básico de la misma.

Decía esta persona que el mundo tiende cada vez más a vivir una gran crisis derivada del desdibujamiento de las ideologías políticas en el mundo. En términos sencillos, esto quiere decir que en los diferentes procesos políticos el pragmatismo ha venido suplantando a las ideas de fondo, a las ideologías de los diferentes partidos, institutos y movimientos. Dicho de otra manera, los acuerdos, los consensos, los arreglos, los pactos, la legislación, las acciones de gobierno, etc., han venido a sustituir al cúmulo sistematizado de las ideas políticas.

Esto no quiere decir que sea una suplantación total. Nada de eso, ya que en muchos instrumentos del pragmatismo también hay relativas cargas ideológicas, por ejemplo, cuando los legisladores llegan a un acuerdo de hacer algo en favor de la vida, se hace a través de una ley y al mismo tiempo se respeta una cultura del derecho a la vida, que seguramente todos expondrán, fundarán y hasta motivarán de una u otra manera.

Debe haber un ajuste, según mi opinión entre las ideas de fondo y el pragmatismo, pues.

Con las puras ideas nos iremos al terreno de los mitos y de las utopías. Y con el puro pragmatismo terminaremos en un desgastaste activismo.

Yo creo que la política debe tener una carga enorme de ideas de fondo. Sencillamente veamos los siglos de la filosofía griega, donde la actividad política por excelencia fue la gran producción de una ideología que nos hablaba del hombre, del Estado, de las formas de gobierno, de la monarquía y la democracia, de los consejos, de la ley, de la justicia, etc., etc.

Es más, un político que con ideas convence a un ciudadano para participar políticamente siembra una semilla más duradera que otro político que le ofrece alcantarillado en su colonia, por ejemplo. Eso creo.

Todo este razonamiento lo plantéo para sugerir que el trabajo que en adelante lleven a cabo los legisladores, los delegados federales, los alcaldes, los dirigentes partidistas, impriman en su quehacer las ideas de fondo que conviene que la sociedad adopte y viva.

Voy a poner un ejemplo. En el caso de los legisladores locales del PAN, es importante que su labor no esté sujeta al vaivén de los acontecimientos, ni siquiera a una agenda pragmática de asuntos, que siempre son muchos; lo verdaderamente importante es que propongan, de acuerdo con su filosofía política, una serie de ideas que tengan que ver con la familia, con las ONGS, con la educación, con las reformas para seguir mejorando la legislación penal y el sistema penitenciario, es decir, la justicia. Y otros asuntos de fondo.

Lo que quiero decir es que una agenda legislativa puede estar ocupada por asuntos menores y llevar al riesgo de tener una legislatura insustancial e intrascendente.

Los clásicos identificaban muy bien que es lo más importante para el hombre. Y lo más importante para el hombre es su familia, su comunidad, su cultura, su gobierno, su Estado, su manera de interactuar con los demás.

Actuando de fondo en la política el pragmatismo se complementa muy bien.

Con miras a conquistas electorales muchos actores de los partidos políticos estarán creando y afinando sus estrategias. Esta es una forma cortoplacista de ver a la política. Para el futuro, los mejores líderes políticos serán aquellos que involucren a la sociedad civil en visiones de fondo de largo alcance y que su actividad política tenga resultados para toda la vida, no sólo para unos cuántos años.

Quizá parece etérea la afirmación, pero es la forma de derrotar a un pragmatismo ramplón que le da baja calidad al proceso democrático.